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Queridos Diáconos:

Que el Señor Resucitado os llene de gozo y de paz, en estos días de Pascua, y que vuestro servicio diaconal sea un canto de esperanza en medio de los hombres y les conduzca, por vuestra palabra y vuestro testimonio, al Dios de la Vida.

La Iglesia nos ha regalado este año la Exhortación apostólica “Sacramentum caritatis”, en la que el Papa, recogiendo las reflexiones y propuestas de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos nos ofrece muchas importantes sugerencias para vivir con un mayor impulso el Misterio Eucarístico. Nuestro próximo encuentro anual lo dedicaremos a reflexionar ampliamente sobre este importante documento y estoy seguro de que encontraremos en él mucha luz para seguir viviendo con entusiasmo nuestra entrega a los hermanos.

El Papa nos pide que la Eucaristía de sentido a toda nuestra vida y nos hace comprender que toda la vida cristiana ha de tener forma eucarística. Esto es urgente para toda la Iglesia, pero para los que habéis recibido el orden sagrado del diaconado esa forma eucarística de la existencia adquiere una relevancia especial. Por vuestro ministerio estáis muy cerca de la Eucaristía. En la celebración de la Eucaristía asistís y ayudáis a aquellos que presiden la asamblea y consagran el Cuerpo y la Sangre del Señor, manifestando así a Cristo Servidor. En el altar desarrolláis el servicio del Cáliz y del Libro, proponéis a los fieles las intenciones de la oración y les invitáis a darse el signo de la paz. En cuando ministros ordinarios de la sagrada comunión, la distribuís durante la celebración o fuera de ella, y la lleváis a los enfermos en forma de viático. Así mismo sois ministros ordinarios de la exposición del Santísimo Sacramento y de la bendición
eucarística y os corresponde presidir eventuales celebraciones dominicales en ausencia del presbítero.

Esta cercanía de la Eucaristía ha de marcar vuestra vida y vuestro apostolado de tal forma que toda vuestra existencia sea, como nos dice el apóstol S. Pablo y nos recuerda el Papa en su Exhortación Apostólica, un culto espiritual agradable al Señor: “Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; este es vuestro culto razonable” (Rom.12,1). Y este culto agradable no es otra cosa que la ofrenda total de la propia persona en comunión con toda la Iglesia. La insistencia del Apóstol sobre la ofrenda de los cuerpos subraya, nos dice el Papa, la concreción humana de un culto que no es para nada desencarnado. Vuestra situación personal como hombres casados, con responsabilidades familiares y profesionales, hace especialmente relevante la encarnación de la ofrenda de vuestras vidas en medio de las realidades temporales. El nuevo culto cristiano ha de abarcar todos los aspectos de la vida, transfigurándolos. “Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para gloria de Dios” (1 Cor. 10,31). El cristiano, y especialmente el diácono, está llamado a expresar en cada acto de su vida el verdadero culto a Dios viviendo de un modo nuevo todas las circunstancias de la vida de tal manera que cada detalle, por insignificante que sea, adquiera un valor extraordinario al ser vivido dentro de la relación con Cristo y como ofrenda a Dios

Os agradezco, en nombre la Iglesia, en estos tiempos difíciles, la generosidad y la disponibilidad con la que estáis viviendo vuestra misión; y le pido a Dios que derrame sobre vosotros su Espíritu de fortaleza y sabiduría para que sigáis contribuyendo con mucha fecundidad en la obra evangelizadora de la Iglesia.

Recuerdo con mucho cariño y gratitud a vuestras esposas e hijos. Ellos son vuestros mejores colaboradores y tienen que sacrificarse muchas veces y privarse de vuestra compañía para que podáis dedicar más tiempo a vuestro ministerio diaconal. La Iglesia se lo agradece de todo corazón y el Señor se lo premiará.

Haced lo posible por asistir al encuentro anual. Nos alegrará a todos vuestra presencia y os hará mucho bien.

Me encomiendo a vuestras oraciones y contad siempre con mi bendición y afecto.

Un fuerte abrazo
+ Joaquín María López de Andujar
Obispo de Getafe
Presidente del Comité del Diaconado Permanente
Getafe, 4 de Mayo de 2007