El obispo D. Ginés García Beltrán realizó en la tarde del 19 de enero la bendición de la vivienda que la Diócesis de Getafe ha puesto en Móstoles a disposición de personas migrantes o refugiadas con problemas de alojamiento, de forma gratuita.
El prelado estuvo acompañado por el vicario episcopal para la Pastoral Caritativa y Social, Aurelio Carrasquilla; el delegado de Migraciones, Fernando Redondo; el arcipreste de Móstoles, Fernando Gallego; el párroco de Nuestra Señora de la Asunción, Pablo de Haro y varios miembros del equipo de la Delegación de Migraciones de la Diócesis junto a la primera inquilina del piso –una joven de 24 años procedente de Costa de Marfil- acompañada de su hija de un año.
Asistió también el matrimonio, Ernesto y Mercedes, que ha cedido el piso a la Diócesis de Getafe para que esta iniciativa pueda llevarse a cabo.
En un acto que resultó muy entrañable y familiar, D. Ginés quiso dar las gracias a todos los que han hecho posible que esta madre y su hija encuentren un hogar para vivir y que una segunda familia esté próxima también a ocupar esta casa.
“Estamos reunidos en este acto tan sencillo para bendecir este piso cumpliendo el mandato del Señor: “fui extranjero y me acogisteis”, pero sobre todo esta es una tarde especial de agradecimiento, de acción de gracias que yo, en nombre de toda la Diócesis, quiero expresar públicamente” comenzó D. Ginés.
“En primer lugar el agradecimiento a Ernesto y a Mercedes que con tanta generosidad han puesto este piso a disposición de la Iglesia precisamente para cumplir el mandato del Señor” señaló.
“Quiero tener también una palabra de agradecimiento para Alex, porque estamos aquí por él. Hay misterios en la vida que no tienen respuesta. Que solo tenemos que aceptar y acoger. Seguro que algún día en el cielo se nos esclarecerá todo, también los misterios que no entendemos en esta tierra” continuó.
“El lema de este proyecto de nuestra Delegación de Migraciones, ‘Acoger es amar’, expresa muy bien lo que supone este piso. Este piso estaba destinado para vuestro hijo Alex y las circunstancias han hecho que siga sirviendo para el bien. Esto es un testimonio en medio de nuestra sociedad” relató el prelado.
“Es un día muy bonito para la Diócesis y para nosotros al ver que un proyecto que vino del cielo, que habíamos buscado y que llegó siendo un don, hoy vemos que comienza a funcionar” remarcó con emoción.
“Que sea un hogar abierto para los que acudan a ella y signo permanente de la misión de la Iglesia en la tierra, estímulo de desarrollo de las vocaciones para el bien, para el servicio a tu santo Reino” dijo D. Ginés en la bendición.
El encuentro terminó con el obsequio de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús a Ernesto y Mercedes y un ágape fraterno en el que la joven marfileña que habita el piso expresó su gratitud con palabras y con un rico bizcocho.
“Llegué a España hace cuatro años, y ahora, gracias a la Diócesis de Getafe y a la Delegación de Migraciones tengo un hogar donde vivir junto a mi hija, tengo esperanza y un futuro” expresó la joven madre que tuvo que huir de casa de sus padres a la edad de 13 años, para no verse sometida a la práctica de la mutilación genital femenina.
Esta práctica habitual en Costa de Marfil fue prohibida en 1998 pero sigue realizándose de manera clandestina hasta la actualidad.