S.E. Mons. José María Avendaño Perea
Obispo titular de Illiberi y auxiliar de Getafe
S.E. Mons. José María Avendaño Perea ha sido nombrado obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe por el santo padre el Papa Francisco el 30 de septiembre de 2022. El lema episcopal elegido por D. José María es “Caritas et humilitas”, “Caridad y humildad”. Se le ha concedido la titularidad de la diócesis histórica de Illiberi (Elvira).
BIOGRAFÍA
Nació en Villanueva de Alcardete el 25 de abril de 1957, municipio perteneciente a la archidiócesis primada de Toledo (España).
Estudió Magisterio en la especialidad de Matemáticas en Toledo (1978), Logopedia en la Universidad Complutense de Madrid (1981) y es Bachiller en Teología por la Universidad de Comillas (1985).
Es licenciado en Teología pastoral práctica por la Pontificia Universidad de Salamanca, en su sede del Instituto Superior de Pastoral de Madrid (2004).
Recibió la ordenación sacerdotal en la Parroquia El Salvador (Leganés) -archidiócesis de Madrid- el 14 de marzo de 1987.
CARGOS PASTORALES EN LA DIÓCESIS DE GETAFE
Al crearse la nueva Diócesis de Getafe en 1991 fue incardinado en la misma, y desde entonces ha desempeñado los siguientes ministerios:
Vicario parroquial en las parroquias de San Salvador (1987-1989) y en San Nicasio (1989-1997), ambas de Leganés. En esta última también fue párroco (1997-2005).
Desempeñó el servicio de Arcipreste de Leganés (1992-2001).
Desde 2005 es Vicario General de la Diócesis de Getafe, y desde 2018 también Vicario para el Clero. Es miembro del Consejo Episcopal, del Colegio de Consultores, de la Comisión permanente del Consejo Presbiteral y también pertenece al Consejo diocesano de Pastoral.
En 2018 fue nombrado Consejero Episcopal del Consejo General de Cáritas Española.
PUBLICACIONES
D. José María es autor de una docena de títulos publicados por diversas editoriales en los que encarna la vida cristiana en el quehacer cotidiano. Algunos de sus libros están ilustrados con sus propias acuarelas, siendo un prolífico pintor aficionado.
• «Huellas de Dios en las afueras de la ciudad» - (Narcea S.A. de ediciones, 1997).
• «Apuntes de vida y esperanza» (Narcea S.A. de ediciones, 2001)
• «La hermosura de lo pequeño» (Narcea S.A. de ediciones, 2003)
• «Mística en el espesor de la vida» (PPC, 2007)
• «Dios viene a nuestro encuentro» (Narcea S.A. de ediciones, 2009)
• «Contemplar y orar desde la vida» (PPC, 2015)
• «La fe sencilla» (Narcea S.A. de ediciones, 2015)
• «Viacrucis con la gente de la calle» (PPC, 2016)
• «Evangelio popular 2017» (PPC, 2016)
• «Por Ti madrugo» (PPC, 2017)
• «En tus manos» (Narcea, 2020)
ESCUDO EPISCOPAL
Desde la Edad Media, los escudos de armas se hicieron de uso común para los guerreros y para la nobleza; por eso, se fue desarrollando un lenguaje muy articulado que regula y describe la heráldica civil. Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiásitca, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.
Como todos los obispos, y cumpliendo con una memorable tradición, monseñor don José María Avendaño Perea, obispo titular de la diócesis histórica de Illiberi (Elvira) también cuenta con un escudo. Como es sabido, lleva en su interior algunos simbolismos que indican su historia personal y que hacen referencia a hechos que aluden a elementos vinculados a su ideal de vida y programa episcopal. El escudo adoptado por monseñor don José María Avendaño es muy sencillo en su composición: tiene figura de cáliz, que es la forma más utilizada en la heráldica eclesiásitca y está rodeado de elementos que indican su dignidad episcopal: capelo sinople (verde) con doce borlas del mismo color y la cruz pastoral con un único trazado en la parte superior.
Es un escudo mantelado que el campo principal es de color azur (azul), lleva dos cuarteles laterales en los ángulos superiores en forma de capa, que son de color oro (amarillo) y plata (blanco). La capa es un símbolo de religión que indica un ideal inspirado en la espiritualidad monástica. En el punto más noble del escudo hay una pequeña estrella de nueve puntas de color oro (amarillo) con fondo azur (azul) qu simboliza a María, la Madre del Señor, como orientadora y guía hacia Cristo y es expresión de la honda devoción mariana que el nuevo obispo quiere destacar en su vida. María es la estrella matutina, que orienta y por tanto da esperanza y es una invitación a tenerla y a invocarla siempre como recomendaba san Bernardo: «Mira la estrella e invoca a María».
En la parte del escudo denominada capa está dividida por una pequeña flor de saxifraga de color plata (blanco) que representa a santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, de gran cariño y devoción como bien se conoce por el nuevo prelado. «Recibí esta flor como una reliquia», escribe santa Teresita en sus memorias cuando evoca la flor de saxifraga que le ofreció su padre el 29 de mayo de 1887, día de Pentecostés, cuando recibió su bendición para entrar en el Carmelo y que ella guardó pegada en una estampa de la Virgen María. Una florecita blanca con la que se identifica totalmente, una pequeña flor amada por DIos y llamada a florecer en una tierra distinta a la tierra familiar.
En el primer cuartel del escudo está san Jorge, soldado romano ejecutado en Nicomedia por el emperador Diocleciano a causa de su fe cristiana, por lo que se lo venera como mártir. San Jorge está representado como la antigua interpretación cristiana: Jorge sería el creyente, montado a caballo, que es la Iglesia y matando a un dragón que representa a Satanás, todo ello de color sable (negro) con fondo oro (amarillo) evocando su patronazgo en Villanueva de Alcardete, pueblo natal de monseñor y a su vez, el santo de su madre, la sierva de Dios Jorja Perea.
En el segundo cuartel se encuentra el atributo por excelencia del místico contemplativo y referente contemporáneo de la llamada «espiritualidad del desierto», el Sagrado Corazón de san Carlos de Foucauld, de color gules (rojo) sobre fondo plata (blanco) ya que va cosido sobre el pecho en un hábito blanco. Esta simbología es fácil de interpretar: un claro signo hacía la representación de la diócesis de Getafe por excelencia que es el Sagrado Corazón de Jesús, la cual le ha visto crecer en su vocación y en su ministerio. El corazón de Cristo es Amor. Amar como nunca la Eucaristía, de donde brotan la lealtad, la fidelidad y el servicio, para serva a Dios y a los demás, sin dejar nunca de la mano la presencia de los pobres, los enfermos, los afligidos, las llagas de Cristo en el prójimo «herido por la vida», diría san Juan Pablo II.
LEMA EPISCOPAL
En la heráldica en general, tanto civil como eclesiástica es costumbre poner bajo el escudo una banda o un pergamino que lleva un lema o divisa. Con una palabra, o con pocas, expresa un ideal o un programa de vida. Monseñor don José María Avendaño muestra en latín el lema de su pontificado: Caritas et humilitas.
En palabras del propio prelado: «Cristo pasea por nuestras calles, por los caminos y las cañadas oscuras, y tiene sed de almas y de personas que le conozcan y le amen. Y eso se lleva a cabo con caridad, con amor. Y, una vez que haga esto, que no me crea mejor que los demás; para eso la humildad. Porque "Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios" (Flp 2, 6)».
Una idea que está muy presente en el escudo y que, aún más, quiere que esté presente en su vida y en el ministerio episcopal.