Cristo resucitado, al final del evangelio de Marcos, envía a sus discípulos al mundo entero a proclamar la Buena Noticia a todas las criaturas (cfr. 16,15). En el comienzo de este mismo evangelio hay una llamada a la conversión: “el reino de Dios está cerca. Arrepentíos y creed en el Evan- gelio” (Mc 1,15). Estas palabras del Señor también se dirigen hoy a nosotros. Es una palabra contra todo temor y desaliento que nos llama a creer y dar esperanza. El mandato misionero se repite en cada época.
Iniciamos ahora una nueva etapa del camino pastoral de nuestra joven diócesis. ¿En qué va a consistir este camino? Sencillamente, el camino es el retorno. Volver a Dios y a la realidad vivificadora que resulta de la fe en Él. La fe que han vivido y transmitido tantos hombres y mujeres, madres y padres, agentes de pastoral, maestros, religiosos, gente sencilla de barrio o de pueblo, diáconos, sacerdotes y obispos. Debemos estar agradecidos por la labor que han hecho.
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