Se cuentan por centenas los fieles que cada año por estas fechas se acercan hasta sus parroquias con la intención de celebrar la fiesta de San Antón y que el sacerdote bendiga a sus mascotas, animales de compañía o de granja.
Los más numerosos son los perros y los gatos, pero también es habitual llevar a bendecir a los caballos, a los burros, a las tortugas, loros y otras aves, hámsteres y conejos. Todos ellos fueron bendecidos por el santo patrono de los animales, San Anton.
Por ejemplo en Aranjuez, fue el vicario general Javier Mairata quien presidió la tradicional bendición en el Real Cortijo de San Isidro repartiendo después los tradicionales panecillos del Santo.
Previamente había celebrado la eucaristía en la que había bendecido los panes y en la que destacó la importancia de conservar estas tradiciones “que nos ayudan a ser conscientes de que somos un pueblo que camina unido en la fe”.
Señaló además que la fiesta de San Antón “nos recuerda el valor de la creación y la responsabilidad que tenemos con ella”.