En el marco de la visita pastoral que el obispo D. Ginés y su auxiliar, D. José María, están realizando en Aranjuez, se acercaron también al centro penitenciario Madrid VI donde hay una población de más de 1500 presos.
El prelado diocesano, acompañado de los dos capellanes del centro, Norberto Otero López y Ángel Tomás Linares Jiménez, fueron recibidos por la directora con quien compartieron un tiempo de diálogo cordial en el que abordaron las diversas circunstancias del centro, así como la atención religiosa desarrollada por la pastoral penitenciaria en el mismo.
Tras la reunión, D. Ginés también mantuvo un encuentro con alguno de los funcionarios del centro que pudieron trasladar, en un ambiente de cercanía, sus intereses y preocupaciones sobre diversos temas de la vida diaria de la cárcel en los que veían que se podía establecer una mayor colaboración con la pastoral penitenciaria.
También tuvo la oportunidad de dirigir unas palabras a los funcionarios jóvenes que acababan de aprobar las oposiciones y estaban haciendo el período de prácticas en este centro.
Una vez concluida la reunión, el obispo y los capellanes, acompañados de la directora y del jefe de servicio del centro, visitaron varios módulos del centro penitenciario para tener contacto con la realidad de la vida en la cárcel.
La primera visita fue a la enfermería, en la que pudo hablar con varios internos con dolencias crónicas que requieren supervisión médica constante. Luego se acercó hasta lo módulos familiares, dónde cumplen condena madres que tienen a su cargo a sus hijos pequeños, y que recibieron al obispo con gran alegría, compartiendo con él las circunstancias de su situación.
Por último D. Ginés visitó los módulos 3 y 5, en los que se encuentran los presos comunes. Con ellos dialogó sobre su día a día y la actividad que realizan en los talleres.
La visita pastoral concluyó con una celebración en un salón de actos muy concurrido, en la que D. Ginés quiso trasladar a los presos un mensaje de esperanza incidiendo"en la misericordia de Dios que siempre está dispuesto a perdonar".
Tras la celebración, el prelado cerró la visita al centro penitenciario con la reunión con los voluntarios de la pastoral. En ella se interesó por sus inquietudes y por la labor que hace cada uno y les agradeció su dedicación a una misión "cuyos beneficiarios son los más excluidos entre los excluidos y que hace presente verdaderamente a la Iglesia en las periferias de la sociedad, a las que muy pocos quieren ir".