El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el jueves 10 de agosto la celebración de los votos perpetuos de consagración virginal de la hermana Rosa María en la Alianza de Jesús por María.
El prelado estuvo acompañado por el sacerdote D. José María García Somoza, delegado diocesano del Clero de la Diócesis de Ávila
La misa comenzó con una monición ambiental en la que se explicaba la importancia de la celebración: “hermanos y hermanas, es un privilegio y una alegría poder participar en la celebración de esta eucaristía tan especial en la que vamos a ser testigos de la emisión de votos de nuestra hermana Rosa María en el instituto circular Alianza en Jesús por María".
”Los votos perpetuos son un compromiso total y definitivo con Dios y con su iglesia en el instituto es un sí a seguir los pasos de Jesús poniendo toda nuestra vida y nuestra existencia al servicio de los demás (...) Hoy en esta eucaristía queremos acompañarla y felicitarla por su valiente decisión de entregar su vida por completo; queremos agradecerles su testimonio de entrega y sacrificio por su generosidad, alegría y por su amor incondicional hacia los demás”.
Estas palabras de agradecimiento también inundaron la homilía de D. Ginés. “No cabe duda de que hoy es un día de fiesta, dijo el prelado, y estoy encantado de compartirlo con vosotras en este lugar tan emblemático, no solo para vosotras sino también para nuestra diócesis, pues sois los custodios de los restos mortales del venerable D. Antonio Montreal, vuestro fundador, el apóstol de la virginidad en medio del pulso del siglo 20, como una profecía, mostrándonos el rostro virgen de Cristo que es vuestro carisma que es vuestra misión en este momento de la historia”.
"Me alegra muchísimo compartir con vosotras, con la hermana Rosa María, este momento tan bonito, tan entrañable, porque hoy es un día de fiesta sin lugar a dudas. Es la fiesta del Don, del Don del Misterio que supone toda la llamada y es también la fiesta de la libertad generosa, de la libertad que se entrega” subrayó, añadiendo: “porque no es posible una concreción de la llamada si no hay una respuesta libre del hombre”.
“No cabe duda de que cuando hablamos de Rosa María, cuando hablamos de la vocación, de la llamada, por más vueltas que le demos nunca la entenderemos (…) la llamada del Señor es un misterio. Pero es un misterio que me fundamenta, es un misterio que da sentido, que me lleva a la realización plena, a la salvación".
El obispo prosiguió su homilía invitando a todos a estar atentos a la llamada del Señor y a ser fieles a su voluntad cumpliendo la vocación a la que hemos sido llamados “a pesar de las dificultades del camino”.
Se puede ver la ceremonia completa en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=6rTHImXKBt8