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09/10/2023. Medio centenar de diocesanos se unieron el pasado viernes 6 de octubre en Alcorcón a la Marcha y la Eucaristía por el Trabajo Decente, convocada por la plataforma que aúna a las diferentes delegaciones de Pastoral Social y la Conferencia de Religiosos (Confer) diocesanos.

En los distintos actos estuvo presente el vicario episcopal para la pastoral Caritativa y Social, Aurelio Carrasquilla, el delegado de Pastoral Obrera, Rubén Mateos, y el de Migraciones, Fernando Redondo, así como voluntarios de estas áreas y otros colaboradores de distintas pastorales.

También asistieron miembros de la Comisión Permanente de la Hermandad Obrera de Acción Católica, para respaldar con su presencia la importancia de este acto.

La comitiva arrancó desde la estación de Renfe Alcorcón Central y discurrió por las calles de la localidad diocesana, pasando por el Ayuntamiento, hasta llegar a la Parroquia Nuestra Señora de la Saleta, donde Rubén Mateos leyó el manifiesto a favor de un trabajo decente y saludable.

“El Papa Francisco señala que ‘No hay peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo’. Y en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU, el objetivo nº 8 dice que el ‘Trabajo decente es la oportunidad de realizar una actividad productiva que aporta un ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias’” comentó el delegado de Pastoral Obrera.

“Miles de personas siguen hoy en día sin acceso al trabajo, mientras las condiciones precarias siguen instaladas entre la clase trabajadora, perpetuando la vulnerabilidad” continuó.

Después de señalar la alta cifra de accidentes de trabajo, Mateos concluyó con una petición: “la Plataforma Iglesia por el Trabajo Decente de la Diócesis de Getafe sigue demandando un trabajo en el que no sufra nuestra salud, y exigimos, junto a otros colectivos de trabajadores, la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida de los trabajadores. Asimismo, recordamos un año más las reivindicaciones de la humanización del trabajo, y pedimos a las Instituciones y Administraciones un compromiso de promoción del trabajo decente que eviten la exclusión y la precariedad”.

Después de la lectura del manifiesto la marcha continuó hasta la Parroquia Santa Sofía donde Aurelio Carrasquilla presidió la Eucaristía por un trabajo decente.

El vicario episcopal para la Pastoral Caritativa y Social recordó la historia de las poblaciones del sur  "donde tantos trabajadores han dejado su vida a causa de las precarias condiciones laborales de las fábricas” y animó a todos los presentes a seguir colaborando en la labor de la Iglesia en esta área.

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“En esta jornada hay que recordar que la Iglesia está comprometida en la lucha por un futuro mejor. La Iglesia eleva la voz, no mira hacia otro lado cuando hablamos de la dignidad de la vida, luchando por todo lo necesario” subrayó Aurelio.

“Estamos llamados a colaborar con Dios en la construcción de un mundo mejor para todos (…) tenemos que ser conscientes de que tenemos que cuidar y proteger a todos los seres humanos” animó.

“Las empresas deben dar el salario necesario. Porque incluso nosotros ofrecemos muy poco a cambio de mucho trabajo. Es necesario un salario que permita vivir dignamente y que el trabajo no ponga en peligro la vida de las personas” insistió.

“Hoy también alzamos nuestra voz contra el trabajo precario. La gente se siente empujada a trabajar en cualquier cosa por cualquier salario porque no tiene para pagar el alquiler, la hipoteca, la comida y se sienten agobiados… y nosotros miramos para otro lado” denunció el vicario para la caridad.

Carrasquilla no quiso terminar sin enviar un importante mensaje a todos los que le escuchaban: “Sois la mano amable de la Iglesia. El rostro cercano de la Iglesia que abre sus puertas ante las injusticias en el mundo del trabajo”.