Presbítero Escolapio y Fundador (1831-1925)
* Nace en Xamirás, una aldea de Acevedo del Río, Celanova, en la provincia de Orense, el 24 de marzo de 1831. Bautizado al día siguiente, 25 de marzo, festividad de la Encarnación, en la iglesia parroquial con el nombre de Manuel. Recibe el sacramento de la confirmación en 1832. Es el cuarto hijo de una familia cristiana y trabajadora. Cada mañana y cada tarde, Dios se hace presente en este hogar con la oración sosegada de la familia unida en torno al fuego. Crece en ambiente de fe en Dios donde aprende la oración, el amor a María, la solidaridad con los más necesitados y la responsabilidad en el trabajo. El hogar familiar del santo, era de grandes virtudes reconocidas por sus convecinos.
* A los 16 años sale de su casa para iniciar los estudios de Latín y Humanidades en el Santuario de Nuestra Señora de los Milagros, en Orense, con la idea clara de ser sacerdote. Allí, más tarde, siente la llamada de Dios a ser sacerdote y maestro según el espíritu de S.José de Calasanz. Permaneció en este Santuario desde 1847 a 1850.
* Progresó en el amor a la Virgen, razón de ser de aquel lugar, y de Ella recibió la lección del servicio, de la sencillez, de la fidelidad.
* Ingresa en el Noviciado de las Escuelas Pías de San Fernando, en Madrid, el año 1850 donde toma el hábito escolapio el 5 de diciembre del mismo año, con el nombre de Faustino de la Encarnación.
* El final de su preparación sacerdotal coincide con un periodo trágico para la iglesia, 1854-1856. Espartero está en el poder, se llevan a cabo todo tipo de vejaciones de docentes, cierre de seminarios, etc. Pero nada de esto le detiene en sus ideales de entrega. Está dispuesto a ofrecer su vida a Dios “cueste lo que cueste”.
* En 1855 fue ordenado diácono y Presbítero el 8 de marzo de 1856 en la parroquia de San Marcos de Madrid por el Obispo de Burgos Osma.
* Su primer destino fue Cuba. La presencia de los Escolapios en la Isla fue debida al gran interés del gobierno español, que quiere seguir teniendo en sus manos la formación de los futuros maestros de Cuba, aún colonia española.
* En su larga trayectoria escolapia, son casi 50 años dedicados a la educación. Destinado a los colegios de San Fernando, Guanabacoa (Cuba), Getafe, Monforte de Lemos, El Escorial y Sanlúcar de Barrameda. Fue profesor de Latín, Historia, Álgebra, Geometría, Retórica, Geografía, Agricultura, Física y Química, Historia Natural, Higiene y Francés.
* Destacó, sobre todo, como profesor de Ciencias naturales. Se prepara cada día para desempeñar su misión educadora, trabaja incansablemente, y estudia con tenacidad, porque está convencido de que “quien hace voto de enseñar lo hace también de aprender”.
* Vive su consagración a Dios en la entrega a los niños y jóvenes con preferencia los más pobres y necesitados, “los pequeños, los sencillos”, le han robado el corazón. La escuela es para él el lugar de encuentro con el Señor servido y amado en los más pequeños. Quiere informar a los alumnos en el amor de lo que es verdadero, noble, grande y sublime. Son reveladoras las palabras de uno de sus alumnos: “Era muy afable y cariñoso… nos trataba y se comportaba con cada uno de forma justa y equitativa”. Estaba convencido de que el mejor camino para renovar la sociedad y hacer la felicidad humana es la educación, a la que consideraba “la obra más noble, la más grande y la más sublime del mundo porque abraza a todo el hombre tal como Dios lo ha concebido. Es la obra divina, la creación continuada, es la altísima misión de la Escuela Pía, misión del mayor interés y de la importancia más decisiva para la dignidad y dicha del individuo y de la familia como de la sociedad entera”.
* Hombre con grandes dotes científicas. No pasó de largo ante el dolor físico de los hombres de su tiempo, sobre ellos quiso derramar el aceite del amor y de la ciencia para aligerar el peso de su sufrimiento.
* Fue en Guanabacoa donde observa el uso de los habitantes de las plantas con fines terapéuticos, y se siente atraído por ello. Puso sus estudios y dotes científicas al servicio del que sufre la enfermedad. Como el samaritano que recorre los caminos del mundo, desde su mirada atenta, no pasa de largo ante el dolor físico de sus hermanos, los hombres. Supo derramar sobre el enfermo el aceite del amor y de la ciencia para aligerar el peso de su sufrimiento. Faustino tiene la ocasión de conocer más de cerca y de forma más continuada la utilidad terapéutica de las plantas.
* Inicia sus experimentos con la flora del país que continúa a su regreso a la Península. En 1872 el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda le encargan el análisis de las propiedades curativas de las aguas de los manantiales de la ciudad. Elabora unos preparados medicinales, que en el año 1922 son registrados en Sanidad con el nombre de “Específicos Miguez”, dando origen a unos de los legados del P. Faustino, el “Laboratorio Miguez”. Este surge de la conjunción de varios rasgos característicos en él: caminar cercano a las necesidades de los hombres, la preocupación por el que sufre en el cuerpo, el amor a la ciencia y la convicción que tiene que Dios ha puesto en la naturaleza los medios suficientes para curar la enfermedad, y precisamente en las plantas.
* En 1861 Dios le pide de nuevo que se ponga en camino y esta vez es Getafe. Este destino es para Faustino lugar de crecimiento y maduración. Son 8 años de profundo ministerio como escolapio-maestro y director de internos, de intensidad espiritual con sabor a donación y confianza plena en Dios que le salva.
* En 1888, vuelve por segunda vez a Getafe, donde pasará los últimos 37 años restantes de su vida, casi la mitad de toda su vida. Su dedicación y entrega a los niños continúa siendo total y desinteresada. Los años pasan y le llega el momento de la jubilación como docente. Pero sabe que en otros campos no es posible la jubilación porque el ser humano sufre bajo el peso del dolor y está necesitado de escucha y de reconciliación y a ello se dedica intensamente. Y Getafe es para él, la experiencia del gozo del silencio. A los 94 años, el Señor le llama a gozar eternamente de su amor.
* El P.Faustino sabe que las niñas de su tiempo son “las esposas y madres del mañana”, descubre en ellas “al apóstol de la familia, la parte más interesante de la sociedad, la portadora de paz, y el alma de la familia “.
* Desde su experiencia, descubre la necesidad que tiene la niñez femenina de alguien que le guíe por el camino de la promoción humano-cristiana. Su respuesta para hacer presente el Reino entre los marginados con un nuevo proyecto de fundación: la Congregación de Hijas de la Divina Pastora cuyo fin es:” formar el corazón e ilustrar la inteligencia del bello sexo para hacerlo culto y civilizado según el espíritu de Jesucristo, a fin de que sea un día el alma de la familia y la salvación de la sociedad”.
* La Congregación se extiende pronto por varios lugares de España, y en 1923 las Religiosas se hacen presentes en diversos países de América y Africa.
* El P. Faustino fue un hombre al que sólo Dios llenó su corazón. Su camino en este amor se orientó hacia la entrega de los niños y jóvenes:”sus discípulos, los pobres, los enfermos y cuantos acudían a él experimentaron la bondad de su alma”. Sabe que la vida en un don recibido para darlo generosamente. Su frase preferida: ” dejemos obrar a Dios que sabe lo que nos conviene”.
* Su larga vida consagrada al Señor termina en Getafe el 8 de marzo de 1925.
* El 25 de octubre de 1998,el P.Faustino fue Beatificado en Roma, por el Papa Juan Pablo II.