2 DE AGOSTO BIENAVENTURADA MARÍA VIRGEN “NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES”
Patrona de la Diócesis de Getafe
Solemnidad para la Diócesis de Getafe
Según la tradición la devoción a “Nuestra Señora de los Angeles” está unida a su santuario en el Cerro de los Angeles, junto al camino que de Madrid se dirige al Sur de la península. Muchos viajeros se han detenido en esta tierra al Sur en la Provincia de Madrid, habitándola; han reencontrado en la Virgen María su raíces y la acogida de su oración creyente.
A partir del siglo XVII consta documentación escrita sobre esta devoción. Según la tradición precedente, unos pastores hallaron la imagen de la Virgen en lo alto del Cerro en una noche de tormenta. La imagen gracias a la notable devoción del pueblo cristiano ha sido viajera desde tiempos remotos a Pinto, a Getafe, en los momentos de sequía, de plagas y de epidemias; sin embargo el relato nos dice que siempre ha regresado al Cerro.
La iglesia de Getafe, diócesis constituída en 1991, en un tierra donde la Virgen María es venerada significamente por doquier, dirige su plegaria de unidad en el Espíritu a esta advocación de María que la ve Reina de los ángeles y madre nuestra.
NOTAS HISTORICAS
1. La devoción de las gentes de Getafe y de la comarca a la imagen de Ntra. Sra. de los Angeles se pierde en la memoria de las generaciones. La leyenda o relato originante nos cuenta que unos pastores hallaron la imagen de la Virgen en lo alto del Cerro, en una noche de tormenta. También nos dice, que la llevaron a Pinto y la imagen desapareció durante la noche, regresando al Cerro. La trasladaron a Getafe y volvió a ocurrir la mismo. Ante estos sucesos extraordinarios el pueblo construyó una ermita a la que llamaron, como a la imagen, Ntra. Sra. de los Angeles.
2. Hasta el siglo XVII no existe documento escrito sobre la devoción a la imagen de Ntra. Sra. de los Angeles. Las relaciones de los pueblos de España de 1576 (Felipe II) no menciona ermitas o santuarios en la zona. Las hipótesis de algunos historiadores a partir del silencio de las crónicas se atreven a pensar que fuera traída por los frailes del Paular ya que eran devotos de esta advocación.
3. Otro dato significativo es que el párroco de la Magdalena D. Eugenio Ximénez mando esculpir la imagen. Según consta en el archivo, fue entregada por el escultor el día de la Inmaculada Concepción de l.610, siendo colocada con honores en la casa del Paular hasta el año 1.616, mes de abril cuando se celebraron las primeras fiestas en su honor.
4. La devoción es indicada por las crónicas de personaje ilustre que desvían su camino para poder contemplar la imagen, con fama de milagrosa.
5. Don Diego Santos Reolid, párroco de Sta. María Magdalena, solicitó a la Santa Sede una concesión o privilegio especial para dar categoría al culto en honor de Ntra. Sra. Fue D. Francisco Pérez y Cuesta, a la sazón comisario de la Santa Cruzada, quien recibió, en su sede de Teruel, un Breve Pontificio del Papa Benedictino XIV en el que concedía a los getafenses y su comarca una serie de beneficios. En el documento se expone el beneficio otorgado: “Que habiendo confesado y comulgado visitasen devotamente la iglesia o capilla pública, o ermita de esta Virgen María de los Angeles en término de la Villa-Sic-de Getafe, Diócesis de Toledo, en un día del año en que señalara el ordinario de sus primeras vísperas, hasta dicho día al ocaso del sol y allí rogaren a Dios Nuestro Señor por la paz y la concordia entre los príncipes cristianos extirpadores de los herejes y demás necesidades de su indulgencia … ” La duración del privilegio, según lectura del Breve Pontificio, no podía pasar de siete años. En el mismo se hace referencia a determinadas condiciones: prohibición de todo signo externo, publicación del mismo en imprenta, sólo se notificará desde el púlpito de las iglesias o a través de Cédulas de mano.
6. La imagen se hace peregrina ante la adversidad. En el año 1.612, ante la sequía en los campos, el primer domingo del año, Jubileo del Rosario, la imagen de la Virgen sale en procesión de Rogativas desde la parroquia de Sta. María Magdalena, junto con la imagen de la Virgen de Butarque, patrona de Leganés.
7. En mayo de 1.726 la imagen salió del Cerro hasta la Parroquia con motivo de una terrible plaga de langosta y de una prolongada sequía. Permaneció en la parroquia de Sta. María Magdalena desde el día 3 de mayo hasta el 25 de agosto.
8. A finales de 1.750 debido, también, a la escasez de agua, se trajo a la Virgen hasta la Parroquia. Se nos narra, que fue tal la cantidad de agua, que cayó durante la misma procesión y durante la novena que, los getafenses organizaron una gran fiesta como agradecimiento.
9. Este amor a la Virgen María, se traduce en un influjo de vida espiritual y religiosa para toda esta comarca, y también para Madrid, por esa razón, en el año 1.774 el Arzobispo de Toledo, Cardenal Lorenzana otorgó la especialisima concesión de que: “Durante los cultos que se celebran en la iglesia parroquias de Sta. María Magdalena, durante los tres días de la Pascua de Pentecostés que la imagen de Ntra. Sra. está presente, se puede exponer y hacer presente la Divina Majestad Sacramentada”.
10. Asímismo, D. Gregorio Esquileta, párroco de la Magdalena, en unas declaraciones al Arzobispo de Toledo, fechada en julio de 1.786 dice: “Que la población está compuesta por 830 familias, que suponen unos 3.400 personas”. Y con relación a la Virgen de los Angeles afirma: “Sobre un cerro más allá del Camino Real nuevo y algo más de media legua está el Santuario de Ntra. Sra. de los Angeles, venerado en el contorno, visitado con mucha frecuencia y número de Madrid”.
11. Se tienen noticias de correcciones hechas por los arzobispos de Toledo; una fechada en 1793 a través del oidor del Arzobispo de Toledo, en la que indica a los mayordomos, que se abstuvieran de colocar la imagen debajo de una especie de tienda de campaña, por estar reflido con la seriedad del culto litúrgico. Y les indica unas bases, a tener en cuenta, para colocarla en un dosel… otras por exceso de las fiestas progrwnadas en su honor, que, según referencia de la corrección, rayan en paganas.
12. D. Miguel Rosillo Montoya, presbítero y teniente vicario de Sta. María Magdalena, en el prólogo de la novena a la Virgen, que él escribe en el año 1.807, dice así: “El pueblo de Getafe tiene el privilegio hermoso y amable de Ntra. Sra. de los Angeles que se venera en la hermita del Cerro de los Angeles – ya cae en desuso el nombre de Almodovar (como se le llamaba antes)- y en quién siempre se haya el amparo, pues no ha habido vez alguna que se haya recurrido en su conflicto que no haya quedado socorrido…” Y agrega: “Desde el año 1.680 que es tiempo que nos acordamos (sic), siempre que se ha traído en rogativas por falta de agua ha habido siempre su favor. Díganlo los lugares vecinos, que son fieles testigos de sus finezas” y continua “Que escribe esta novena para los fieles de este pueblo como los innumerables devotos de Madrid y lugares del contonio que franquean la visita de esta soberana imagen en su Hermita.”
13. A principios de siglo y en modo especial, a raíz de la guerra civil del 1936-39 el cerro de los Angeles fue un centro de peregrinación, unido a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Así lo manifiesta la magna peregrinación a nivel nacional al Cerro de los Angeles ante los continuas ataques a la Religión por la República. La nota significativa es que los peregrinos portaban la medalla de la Virgen de los Angeles con un lazo azul. La peregrinación tuvo lugar el 25 de diciembre de 1.935 y fue presidida por el Excmo. Sr. D. José María Salvador, obispo; dio comienzo el acto con el rezo del rosario y la letanía, finalizando con la procesión de la imagen de la Virgen y la bendición del Santísimo. Se congregaron más de 30.000 personas.
OBISPADO DE GETAFE
FRANCISCO-JOSÉ PÉREZ Y FERNÁNDEZ-GOLFÍN
Por la Gracia de Dios y de la Sante Sede Apostólica
PRIMER OBISPO DE GETAFE
Erigida la Diócesis de Getafe el doce de octubre de mil novecientos noventa y uno, se iniciaron las consultas al Clero y a los fieles para constituir Patronos de la nueva Diócesis.
Durante este tiempo se han obtenido peticiones de numerosos Consejos pastorales parroquiales, autoridades civiles y muchos fieles postulando que Nuestra Señora de los Angeles sea nombrada Patrona de la Diócesis de Getafe. El Colegio de Consultores, el Consejo Presbiteral y el Consejo de Arciprestes expresando el sentir del clero, han dado su parecer favorable.
Por tanto, haciendo nuestros los deseos de los fieles y clero diocesano por las presentes nombramos a NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES, Patrona de la Diócesis de Getafe.
La Fiesta litúrgica se celebrará el dos de agosto con el rango establecido por las normas de la Congregación para el culto Divino.
Dado en Getafe a treinta de noviembre de mil novecientos noventa y siete, Primer Domingo de Adviento,
+ Francisco - José Pérez y Fernández - Golfín
Por mandato de S.E.Rvma.
Formulario Propio para la Misa
Extraído del Misal Franciscano
Apbdo. por la Sagrada Congregación para los sacramentos
y culto divino
Prot. N. CD 892/79: 17 de Junio de 1980.
Antífona de entrada Jdt 13, 23.25
El Señor Dios te ha bendecido, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra; ha glorificado tu nombre de tal modo, que tu alabanza está siempre en la boca de todos.
Se dice “Gloria”
Oración colecta
Concédenos, Señor,
por intercesión de la Virgen, Reina de los Angeles,
cuya gloriosa fiesta celebramos hoy,
que participemos como ella de la plenitud de tu gracia.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Se dice “Credo”
Oración sobre las ofrendas
Jubilosos de poder celebrar
la festividad de la Madre de tu Hijo,
te ofrecemos, Señor,
este sacrificio de alabanza,
y te suplicamos
que, por estos sagrados misterios,
se acrecienten en nosotros los frutos
de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la festividad de santa María de los Angeles.
Porque ella concibió a tu único Hijo
por obra del Espíritu Santo,
y, sin perder la gloria de su virginidad,
derramó sobre el mundo la luz eterna,
Jesucristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria,
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de comunión Lc 1,48
Me felicitarán todas las generaciones porque Dios ha mirado la humillación de su esclava.
Oración después de la comunión
Dios todopoderoso,
que este sagrado banquete aproveche
a los que veneramos la memoria de la Virgen María,
Reina de los ángeles,
para que celebremos cada vez más
la inmensa misericordia de tu Hijo,
y la busquemos siempre con sincero corazón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
2 DE AGOSTO
BIENAVENTURADA MARÍA VIRGEN
“NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES”
patrona de la Diócesis de Getafe
Solemnidad para la Diócesis de Getafe
Liturgia de la Palabra
Las lecturas se pueden elegir entre las propuestas en el Leccionario, común de la Virgen María
Se proponen las siguientes.
PRIMERA LECTURA: Lectura del libro del Eclesiástico 24, 1-4. 16. 22-31.
Abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloria delante de sus Potestades.
La Sabiduría hace su propio elogio, se gloria en medio de su pueblo. Yo salí de la boca del Altísimo y como niebla cubrí la tierra; habité en el cielo con mi trono sobre columna de nubes.
Eché raíces en un pueblo glorioso,en la porción del Señor, en su heredad.
Como el terebinto extendí mis ramas, ramas magníficas y graciosas.
Como vid eché hermosos sarmientos y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos.
Yo soy la madre del amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza.
Venid a mí los que me amáis, y saciaos de mis frutos; mi nombre es más dulce que la miel, y mi herencia mejor que los panales.
El que me come tendrá más hambre, el que me bebe tendrá más sed.
El que me, escucha no fracasará, el que me pone en práctica no pecará.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial 137, 1-5. 7c-8
R Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;delante de los ángeles tañeré para ti,me postraré hacia tu santuario,daré gracias a tu nombre. R
Por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R
SEGUNDA LECTURA: Lectura del libro del Apocalipsis 22,12-14.16-17.20
Yo, Juan, escuché una voz que me decía: -Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario, para pagar a cada uno su propio trabajo. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. Dichosos los que lavan su ropa, para tener derecho al árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad.
Yo, Jesús, os envío mi ángel con este testimonio para las Iglesias. Yo soy el retoño y el vástago de David, la estrella luciente de la mañana. El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!» El que lo oiga, que repita: «¡Ven!» El que tenga sed y quiera, que venga a beber de balde el agua de la vida. El que atestigua esto responde: «Sí, vengo enseguida» Amén. ¡Ven, Señor, Jesús!
Palabra de Dios.
Aleluya Lc 1,28
El ángel, entrando a su presencia, dijo:-Alégrate, llena de gracia,el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres.
EVANGELIO: Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 26-33.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba Maria.
El ángel, entrando a su presencia, dijo:-Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres.
Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:-No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altisimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.
Palabra del Señor.
La Virgen María ante el tercer milenio
Comentario al Magnificat Lc 1, 39-55
Estimados hermanos en Cristo.
En este día solemne dedicado a la Virgen María, Ntra. Sra de los Angeles; nos unimos a la Iglesia que peregrina como Pueblo de Dios en estas tierras. La Iglesia, en esta determinada época histórica, se prepara al tiempo oportuno que significa los dos mil años de la Redención. Este tiempo nuevo al que estamos invitados es la hora de María, es el tiempo de un nuevo Pentecostés que ella preside con su oración y patrocinio.
El número 2000 podría fascinarnos, la imaginación es tentada y mucho nos tememos que la conmemoración del final de un milenio será protagonizado por los agoreros de catástrofes y por los brillos comerciales de productos superfluos. El fin de todo un milenio, pese a los grandes cambios técnicos y de bienestar para una parte de la población humana, no deja de ofrecernos un tono triste meditativo ante la secuela de víctimas, de desigualdades. Este final de milenio es una hora oportuna en la cual se nos llama a la corresponsabilidad (TM36) de los cristianos, a pedir perdón a los hombres por las divisiones que sólo los grandes espíritus, como la Virgen María, verdaderamente libres y llenos de Dios logran colmar (TM34) y por otra parte establece para nosotros aquel ir a la fuente de Dios que apaga la sed del hombre.
La demarcación y el cómputo del tiempo en las sociedades humanas no deja de ser artificial. Aquella referencia a las elipsis de los planetas, a los ciclos estacionales con los cuales se determinan los calendarios son sólo en marco donde el ser humano fija sus fechas más significativas. En la próxima celebración de un milenio que entra, según el calendario gregoriano, estamos invitados a considerar los 2000 años de la Redención o de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo en la Virgen María; esta es la novedad del tiempo, no vacío y significativo; Dios se ha hecho presente de una manera impensada y llena de un don al que por si solo la humanidad no puede acceder. Dios mismo, haciéndose carne, sale al encuentro de las inquietudes del corazón del hombre. Sólo cuando los humanos, atraídos por la luz del Espíritu, se abren a la presencia de Dios en el tiempo la historia puede ser cambiada.
Hemos escuchado proclamar en el evangelio el cántico nuevo de la Virgen María “porque ha mirado la humildad de su sierva; desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones”. La devoción que los cristianos de esta diócesis de Getafe profesan por la Virgen de los Angeles es una demostración continua de la presencia activa del Espíritu de Dios que levanta profetas y amigos de Dios en el pueblo y señalan los acontecimientos que son dignos del hombre. La advocación humilde a la Virgen de los Angeles nos recuerda aquella desconocida del Evangelio que se acercó a Jesús solicitando la salud: “Jesús le dijo: -Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí. La mujer al verse descubierta, se acercó toda temblorosa y, echándose a sus pies, contó delante de todos por qué lo había tocado y cómo había quedado curada en el acto. El le dijo: -Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz.” (Lc. 8,46-48). Como dice Redemptoris Mater (nº20) de Juan Pablo II “se puede decir que aquella mujer anónima ha sido la primera en confirmar inconscientemente aquel versículo profético del Magnificat de María y dar comienzo al Magníficat de los siglos”
Ante la actual frialdad relacional en esta sociedad humana de hombres y mujeres, que parecen sin rostro, que cumplen determinadas funciones muchas veces alejadas de actitudes dignas y éticas que caracterizan al ser humano; es el canto de alegría de María, en el Evangelio, el que nos da el indicativo de la importancia del “futuro de Dios” preparado con su Encarnación. En su canto María nos dice de una esperanza que reposa en el Dios misericordioso, en el Dios de la otra-justicia frente a la desigualdad humana, “Dependiendo totalmente de Dios y plenamente orientada hacia El por el empuje de su fe, María, al lado de su Hijo, es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos. La Iglesia debe mirar hacia ella, Madre y Modelo, para comprender en su integridad el sentido de su misión ” (RM 37).
María es esa mujer del pueblo desconocida para las crónicas oficiales y de los poderes, pertenece a aquel resto del Pueblo de Israel, entre los humildes de la tierra, que había permanecido fiel a la promesa “como lo había prometido a nuestros antepasados a favor de Abrahán” (Lc. 1,55). María es la mujer alegre: -”proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”. Este canto nuevo nos dice de su disponibilidad al servicio; viaja a la montaña para ayudar a su prima Isabel que va a dar a luz , se brinda a aquellos anónimos novios de la vecina Caná de Galilea, emerge de su silencio junto al Hijo martirizado. Es la mujer fuerte que conoció la pobreza y el sufrimiento, la huida y el exilio. Por ello la Virgen María canta la acción de Dios “que dispersa al soberbio, derriba del trono a los poderosos y a los ricos despide sin nada” (cf. Lc.1,52-54).
Ante el tercer milenio, nos preparamos, por ello, a un año jubilar que ha de ser como una “profecía del futuro” (TM 13) en el restablecimiento de la justicia social (TM13). Si hemos de mirar adelante no podemos dirigir nuestro corazón como lo dirigimos nuestra a la Virgen María sino pidiendo que la reconciliación gane nuestro corazón, que las esclavitudes y dependencias a las que se ve sometido el hombre de la calle han de ser disueltas y la tierra ha de volver a los que no tienen parte en ninguna herencia (cf. TM 12). El Papa Juan Pablo II ha propuesto en este fin del milenio un gesto oportuno, en el que los países ricos condonen la deuda crónica a los países colonizados del tercer mundo.
Nada se opone, sino que todo confluye en la fe al amor por los indefensos de la tierra. Por ello la Virgen María ha ganado el corazón de los fieles. Esta ciudadanía ha invocado con esperanza el patrocinio de la Virgen de los Angeles según consta desde 1612 a la Virgen María en la enfermedad, las plagas, o la sequía.
Según la tradición la Beata Virgen María: “Nuestra Señora de los Angeles” está unida al Cerro junto al camino que de Madrid se dirige al Sur de la península. Muchos viajeros desviaban su camino para subir en breve al Cerro para orar y acercarse a alguien tan familiar como la Virgen María; allí encontraban la luz del Evangelio que dirigía sus pasos, junto a María”.
Las ciudades del sur de esta provicia, en su reciente historia, han acogido a un pueblo viajero que ha decidido quedarse aquí, buscando hermandad y subsistencia. Muchos han reconocido en esta imagen, que hoy veneramos, la devoción de sus padres y de su tierra, han reencontrando en ella su identidad. Como dice el cántico de María: “Dios hace proezas con su brazo, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes”. De la misma manera que la Virgen de los Angeles aglutina a las gentes que vienen de lejos, tendamos nuestra mano de fraternidad, y preparemos ese futuro de Dios y de alegría haciendo de esta tierra un lugar de aceptación, de acogida donde haya un pedazo de pan y trabajo para todos, donde niños y jóvenes encuentren una identidad gracias al calor de un hogar. La fe que hace de María una mujer fuerte y viajera en el servicio así nos lo pide.
Oh Virgen, Madre de Dios llena de gracia: El emmanuel que llevaste es el fruto de tu vientre. Tu pecho materno alimentó a todos los hombres. Estás por encima de toda alabanza y de toda gloria. Salve, Madre de Dios, alegría de los ángeles. Superas en plenitud de gracia las promesas de los profetas. El Señor está contigo, tú diste el día al Salvador del mundo. (Liturgia Oriental)
La Virgen María, mujer dócil al Espíritu.
Estimados hermanos en Cristo.
Hemos acudido en esta tarde a conocer y experimentar la plenitud del misterio de Cristo que ha sido unido a la Virgen María.
Al gozo de Cristo, los cristianos en este año unimos un motivo de particular alegría; la Virgen María, la Madre del Redentor, patrona no sólo de la ciudad de Getafe y de su partido judicial desde 1955, en este año ha sido proclamada por el santo padre, el papa Juan Pablo II patrona de la Diócesis de Getafe, que fue constituída en 1991 y que abarca todas las poblaciones del sur de la Provincia de Madrid. El rescrito del al Congragación del culto divino, con fecha del 24 de febrero de 1998 , nos presenta el título bajo el cual ha de ser invocada la Beata Virgen María: “Nuestra Señora de los Angeles” Patronam apud Deum Dioecesis Xetafensis (patrona ante Dios de la Diócesis de Getafe).
Remiténdono a la leyenda se nos dice que la imagen de María en estas tierras fue peregrina a Parla y a la ciudad de Getafe, pero volvía inexplicablemente, de nuevo, a lo alto del Cerro. Es esta imagen “secuestrada” milagrosamente la que pone en la correcta dirección nuestros ojos y nuestro espíritu; no invita a hacer llegar la mirada a lo alto junto a los ángeles, recordamos hoy. La Virgen de los Angeles ejerce su patronazgo ante Dios, (apud Deum) nos dice el documento romano, allí donde Cristo reina, allí donde la imagen y los velos desaparecen, donde está en la gloria del Padre, allí donde la fe y la esperanza desaparecen, allí donde solo queda el Amor o la comunicación gozosa de la Trinidad.
Un hecho ejemplar puede corrobarar este “secuestro” a la que la imagen es sometida. Los signos son como una flecha que apunta a otro lugar y nuestra mirada ha de ser dirigida hacia aquel otro término que lo signos indican o la imagen representa. Allá por el año 1793 a través del oidor del Arzobispo de Toledo, se indicó a los mayordomos, que se abstuvieran de colocar la imagen debajo de una especie de tienda de campaña, por estar reñido con la seriedad del culto litúrgico. Se indicaban fuese colocada en un dosel.
Para explicar este hecho quisiera recurrir a los Hechos de los Apóstoles (7, 49-53) el primer martir, Esteban, dice a sus ejecutores que la Tienda del Encuentro ya no es necesaria, nigún templo o lugar puede ser llenado con la gloria de Dios, tampoco es necesario que el hombre haga sacrificios indignos ni haga de la salvación un negocio; sólo es necesaria la visión de Cristo, en la gloria del Padre, este es motivo pleno de alegría y de fiesta.
La Escritura dice, -el cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; … vosotros hombres testaduros … os habéis resistido al Espíritu Santo … Al oir esto -dice-, se recomían de rabia en su corazón y rechinaban los dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, mirando fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y exclamó: Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios.
El culto a la Virgen María está unido a la imagen que venera la Iglesia de Getafe, bajo la advocación de la Virgen de la Ángeles. Según las crónicas escritas hacia el año 1610, fue mandada esculpir por el párroco de la Magdalena, actual catedral de la dióceis, D.Eugenio Ximénez. Sin embargo la venerable tradición popular nos reafirma que fue hallada en lo alto del Cerro por unos pastores, al modo de aquellas imágenes que no fueron hechas por mano humana. Esta imagen de la tierra, en su dosel, es estrado de los pies de la gloria de Dios; nos invita a transcender nuestra mirada, a mirar a lo alto, “el trono de Dios”.
La Declaración del concilio oriental de Nicea II, en el año 787, dice “Cuanto más se mire a las imágenes, aquellos que las contemplen se verán impulsados, cada vez más, a recordar los modelos originales, a dirigirse hacia ellos, y a venerarlos con respeto”. Hoy también, para el pueblo cristiano que contempla a la Virgen María en su escabel o templete sabe, cuando la mira, que es la hermosa Virgen del Cerro o de lo alto, la Virgen de los Ángeles, el modelo del origen, la que está junto a su Hijo, el icono de la gloria de Dios.
La devoción de estas gentes, del sur en la provicia de Madrid, que miran a la Virgen María con devoción están invitadas constantemente a elevar sus pensamientos y sus sentimientos al Hijo de las entrañas de la Virgen María. “Hermanos, el Señor “ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál es la riqueza de gloria que da en herencia a los santos” (Ef . 1,18),
Sin embargo ¿qué significa ver la gloria de Dios? ¿qué tenemos que hacer?. La Virgen María se pregunta ¿Cómo sera esto?; María Magdalena andaba inquieta pues no sabía dónde habían puesto a su Señor. Los Apóstoles soñaban que Jesús iba a restaurar la soberanía de Israel y, sin embargo, lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. San Esteban mientras veía la gloria de Dios estaba dando testimonio de Cristo, estaba entregando su vida bajo un muro de piedras arrojadizas. Muchos de nosotros estaríamos tentados a esperar todo de Dios, inmóviles, como sí no tuvieramos que hacer otra cosa, dejando que el curso de los acontecimientos introduzcan hechos en los cuales nada tendríamos qué hacer.
María es Reina de los Angeles, está por encima de todo principado u potestad; cómo dice la oración, celebramos “la inmensa misericordia de tu Hijo”. La Virgen María está junto a su Hijo en la gloria, nos pide “ser testigos de esto”, de la visión que colma nuestras vidas. Como a la Virgen María, el Señor, solicita nuestra colaboración imprescindible. María, a la que hoy alabamos, está llena de gracia y del Espíritu santificador por ello es el modelo que hace crecer el Evangelio en la propia vida y en nuestros ambientes.
En este año estamos invitados por Juan Pablo II, en preparación del tercer milenio de nuestra redención a ser hombres y mujeres que tengan la luz de la fe, que sean dóciles al Espíritu como la Virgen María ante los nuevos tiempos con una esperanza operativa; dice el papa en la Tertio Millenio Adveniente
TM 48. María, que concibió al Verbo encarnado por obra del Espíritu Santo y se dejó guiar después en toda su existencia por su acción interior, será contemplada e imitada a lo largo de este año sobre todo como la mujer dócil a la voz del Espíritu, mujer del silencio y de la escucha, mujer de esperanza, que supo acoger como Abrahán la voluntad de Dios &laqno;esperando contra toda esperanza» (Rom 4,18). Ella ha llevado a su plena expresión el anhelo de los pobres de Yavé, y resplandece como modelo para quienes se fían con todo el corazón de las promesas de Dios.
María es la mujer, a la que no se le ahorran sufrimientos ante el secuestro de la imagen o del cuerpo de su Hijo, sin embargo inspirada por el Espíritu guardaba “todas estas cosas en su corazón”. Su vida fue un auténtico peregrinaje de la fe.
Ireneo de Lyon nos dice que “la gloria de Dios es el hombre viviente”. Cuando la piedad se hace íntima en el ser humano, es entonces cuando encuentra su propia dignidad, su propia significación a la luz de la gloria de Dios en medio de los acontecimientos y en relación con sus hermanos. Cuando una persona sabe acoger la gloria de Dios en su vida sabe ascender y superar los niveles de atonía espiritual y de falta de visión a los cuales nuestro tiempo nos tiene acostumbrados.
La fe, tiene que ver con nuestra vida, con nuestro mundo, con la vida de cada día. Desde la docilidad al Espíritu la fe es iluminadora, nos hace introducir la gloria de Dios en los acontecimientos que muchos días parece que sobrepasan en su absurdidad y enfrentamiento. Si somos dóciles al Espíritu, como María, encontraremos aquellas perspectivas de altura por las cuales nuestra realidad y nuestro tiempo podrán ser reconvertidos en una nueva era. Nuestros hermanos, en esta dióceis, esperan de nosotros que estemos cargados de la experiencia inigualable del Dios de Jesús, del gozo íntimo y del testimonio evangélico. “La gloria de Dios es que el hombre viva”
Concluimos estas palabras con una oración de alabanza a la Virgen María, a la que pedimos unais vuestros corazones. Está entresacada del Ave Verum.
Dios te salve, Reina del cielo, llena de la divina gracia. Oh María. Dios te salve, Puerta del cielo a quien los ángeles alaban. Oh María. Dios te salve, tálamo de Dios, mirra, incienso y bálsamo. O María. Dios te salve, Esposa de la sabiduría, que nos restauras a la gracia. Oh María. Dios te salve, fuente de la santidad, origen de la pureza, morada de la honestidad. Oh María. Blanca flor de lirio, colócanos a la diestra de tu bondadoso Hijo. Oh María.
Nuestra Señora de los Angeles
Patrona de la Diócesis de Getafe
Estimados hermanos en Cristo.
Al gozo de Cristo Resucitado, los cristianos en este año unimos un motivo de particular alegría; la Virgen María, la Madre del Redentor, patrona no sólo de la ciudad de Getafe y de su partido judicial desde 1955, en este año ha sido proclamada por el santo padre, el Papa Juan Pablo II, patrona de la Diócesis de Getafe, que fue constituída en 1991 y que abarca todas las poblaciones del sur de la Provincia de Madrid. El escrito del la Congregación del culto divino, con fecha del 24 de febrero de 1998(1), nos presenta el título bajo el cual ha de ser invocada la Beata Virgen María: “Nuestra Señora de los Angeles” Patronam apud Deum Dioecesis Xetafensis (patrona ante Dios de la Diócesis de Getafe).
(1) Beatae Mariae Virginis sub titulo “Nuestra Señora de los Angeles” clerus et populus christianus dioecesis Xetafensis continuo tutelam invocant et auxilium atque peculiari necnon assiduo cultu eandem Dei Genetricem prosequuntur. […] BAEATAM MARIAM VERGINEM sub titulo “Nuestra Señora de los Angeles” PATRONAM apud Deum Dioecesis Xetafensis. (Congregatio de cultu divino et disciplina sacramentorum ; 24 de febrero 1998; prot.116/98/L)
Remiténdonos a la leyenda se nos dice que la imagen de María en estas tierras fue peregrina a Parla y a la ciudad de Getafe, pero volvía inexplicablemente, de nuevo, a lo alto del Cerro. Es esta imagen, secuestrada, figuradamente, la que pone en la correcta dirección nuestros ojos y nuestro espíritu; nos invita a hacer llegar la mirada a lo alto. La Virgen de los Angeles ejerce su patronazgo ante Dios, (apud Deum) nos dice el documento romano, allí donde Cristo reina, allí donde la imagen y los velos desaparecen, donde está en la gloria del Padre, allí donde la fe y la esperanza desaparecen, allí donde sólo queda el Amor o la comunicación gozosa de la Trinidad.
Un hecho ejemplar puede corroborar este secuestro al que la imagen es sometida. Es decir, los signos son como una flecha que apunta a otro lugar y nuestra mirada ha de ser dirigida hacia aquel otro término que lo signos indican o la imagen representa. Allá por el año 1793 a través del oidor del Arzobispo de Toledo, se indicó a los mayordomos, que se abstuvieran de colocar la imagen debajo de una especie de tienda de campaña, por estar reñido con la seriedad del culto litúrgico. Se indicaba que fuese colocada en un dosel.
Para explicar este hecho quisiera recurrir a los Hechos de los Apóstoles (7, 49-53) el primer mártir, Esteban, dice a sus ejecutores que la Tienda del Encuentro ya no es necesaria, nigún templo o lugar puede ser llenado con la gloria de Dios, tampoco es necesario que el hombre haga sacrificios indignos ni haga de la salvación un negocio; sólo es necesaria la visión de Cristo, en la gloria del Padre, este es motivo pleno de alegría y de fiesta.
La Escritura dice,” -el cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; … vosotros hombres testarudos … os habéis resistido al Espíritu Santo … Al oir esto -dice-, se recomían de rabia en su corazón y rechinaban los dientes contra él.” Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, mirando fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y exclamó: Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios.
El culto a la Virgen María está unido a la imagen que los diocesanos de Getafe veneramos en el Cerro, bajo la advocación de la Virgen de la Ángeles. Según las crónicas escritas hacia el año 1610, fue mandada esculpir por el párroco D. Eugenio Ximénez. Sin embargo la venerable tradición popular nos reafirma que fue hallada en lo alto del Cerro por unos pastores, al modo de aquellas imágenes que no fueron hechas por mano humana. Esta imagen de la tierra, en su dosel, es estrado de los pies de la gloria de Dios; nos invita a transcender nuestra mirada, a mirar a lo alto, “el trono de Dios” como recordamos hoy, hicieron los apóstoles.
La Declaración del concilio oriental de Nicea II, en el año 787, dice “Cuanto más se mire a las imágenes, aquellos que las contemplen se verán impulsados, cada vez más, a recordar los modelos originales, a dirigirse hacia ellos, y a venerarlos con respeto”. Hoy también, para el pueblo cristiano que contempla a la Virgen María en su escabel o templete sabe, cuando la mira, que es la hermosa Virgen del Cerro o de lo alto, la Virgen de los Ángeles, el modelo del origen, la que está junto a su Hijo, el icono de la gloria de Dios.
Estas gentes de Getafe que miran a la Virgen María con devoción están invitadas constantemente a elevar sus pensamientos y sus sentimientos al Hijo de las entrañas de la Virgen María. “Hermano, el Señor ” que ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál es la riqueza de gloria que da en herencia a los santos” (Ef . 1,18),
Sin embargo ¿qué significa ver la gloria de Dios? ¿qué tenemos que hacer?. La Virgen María se pregunta ¿Cómo será esto, pues no conozco varón? María Magdalena andaba inquieta pues no sabía donde habían puesto a su Señor. Los Apóstoles soñaban que Jesús iba a restaurar la soberanía de Israel y, sin embargo, lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista. San Esteban mientras veía la gloria de Dios estaba dando testimonio de Cristo, estaba entregando su vida bajo un muro de piedras arrojadizas. Muchos de nosotros estaríamos tentados a esperar todo de Dios, inmóviles, como sí no tuvieramos que hacer otra cosa, dejando que el curso de los acontecimientos introduzca hechos en los cuales nada tendríamos qué hacer.
Como a los apóstoles también a nosotros se nos dice hoy, ante la imagen – Getafenses: “¿qué hacéis plantados mirando al cielo?. El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse” (Hech 1, 11). Cristo, en la gloria, nos pide “ser testigos de esto”, de la visión que colma nuestras vidas. Como a la Virgen María solicita nuestra colaboración imprescindible. María, a la que alabamos, está llena de gracia y del Espíritu santificador, por ello es el modelo que hace crecer el Evangelio en la propia vida y en nuestros ambientes.
En este año estamos invitados por Juan Pablo II, en preparación del tercer milenio de nuestra redención a ser hombres y mujeres que tengan la luz de la fe, que sean dóciles al Espíritu como la Virgen María ante los nuevos tiempos con una esperanza operativa; dice el Papa en la Tertio Millenio Adveniente:
TM 48. María, que concibió al Verbo encarnado por obra del Espíritu Santo y se dejó guiar después en toda su existencia por su acción interior, será contemplada e imitada a lo largo de este año sobre todo como la mujer dócil a la voz del Espíritu, mujer del silencio y de la escucha, mujer de esperanza, que supo acoger como Abrahán la voluntad de Dios &laqno;esperando contra toda esperanza» (Rom 4,18). Ella ha llevado a su plena expresión el anhelo de los pobres de Yavhé, y resplandece como modelo para quienes se fían con todo el corazón de las promesas de Dios.
María es la mujer, a la que no se le ahorran sufrimientos ante el secuestro de la imagen o del cuerpo de su Hijo, sin embargo inspirada por el Espíritu guardaba “todas estas cosas en su corazón”. Su vida fue un auténtico peregrinaje de la fe.
Ireneo de Lyon nos dice que “la gloria de Dios es el hombre viviente”. Cuando la piedad se hace íntima en el ser humano, es entonces cuando encuentra su propia dignidad, su propia significación a la luz de la gloria de Dios en medio de los acontecimientos y en relación con sus hermanos. Cuando una persona sabe acoger la gloria de Dios en su vida sabe ascender y superar los niveles de atonía espiritual y de falta de visión a los cuales nuestro tiempo nos tiene acostumbrados.
La fe, tiene que ver con nuestra vida, con nuestro mundo, con la vida de cada día. Desde la docilidad al Espíritu la fe es iluminadora, nos hace introducir la gloria de Dios en los acontecimientos que muchos días parece que nos sobrepasan en su absurdidad y enfrentamiento. Si somos dóciles al Espíritu, como María, encontraremos aquellas perspectivas de altura por las cuales nuestra realidad y nuestro tiempo podrán ser reconvertidos en una nueva era. Nuestros hermanos de Getafe nos esperan cargados de la experiencia inigualable del Dios de Jesús, del gozo íntimo y del testimonio evangélico. “La gloria de Dios es que el hombre viva”
Quisiera concluir con una oración de alabanza a la Virgen María, a la que os pido que unáis vuestros corazones. Está entresacada del Ave Verum.
Dios te salve, Reina del cielo, llena de la divina gracia. Oh María. Dios te salve, Puerta del cielo a quien los ángeles alaban. Oh María. Dios te salve, tálamo de Dios, mirra, incienso y bálsamo. O María. Dios te salve, Esposa de la sabiduría, que nos restauras a la gracia. Oh María. Dios te salve, fuente de la santidad, origen de la pureza, morada de la honestidad. Oh María. Blanca flor de lirio, colócanos a la diestra de tu bondadoso Hijo. Oh María.