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El pasado miércoles 6 de septiembre el obispo diocesano, D. Ginés García Beltrán, se acercó hasta la localidad de Villamanta para conocer en persona las consecuencias del paso de la Dana por esta localidad ubicada en territorio diocesano. El prelado vio los efectos de la riada y se acercó a diversas familias para contemplar sus hogares devastados. 

En este municipio muchas familias han perdido la mayoría de sus bienes, y una mujer incluso ha perdido a su padre de 83 años. 

Acompañado por el alcalde de la localidad, Mariano Núñez; el párroco P. Gustavo Mántaras; el vicario episcopal para la Pastoral Caritativa y Social, Aurelio Carrasquilla y el director de Cáritas diocesana, Jesús Casares, escucharon diversos testimonios, incluidos relatos heroicos de un joven militar que se había jugado la vida por salvar a su familia y vecinos, la mayoría ancianos, en la localidad de Jirfa. 

D. Ginés quiso también celebrar la Eucaristía junto a los habitantes de Villamanta en la Parroquia Santa Catalina de Alejandría. Para ellos tuvo palabras de cercanía y consuelo.

“En medio del dolor de ver que un momento puede cambiarte la vida, en medio del dolor que supone el perder un padre o un esposo, pudimos ver el regalo de la solidaridad de muchas personas que dejan todo lo que tienen que hacer para servir a los demás” subrayó el obispo. 

Citó testimonios impactantes de jóvenes que se habían desgatado por ayudar a sus vecinos, teniendo que retirarse al caer la tarde, diciendo: “no me dan las piernas, no puedo más” o “en un momento el río se ha llevado 70 años de trabajo de mi padre”. 

Ante estas situaciones García Beltrán expresó su afectó por las familias y rezó: “pedimos al Señor que cure todo este dolor, este sufrimiento. Que pronto podamos volver a nuestra vida ordinaria”.

En el contexto de la novena de la Virgen de los Dolores, también quiso D. Ginés exhortar a los fieles a “aprender a vivir con el dolor y con los sufrimientos, a imitación de María, sin buscar culpables”. 

Finalizó animando a que cada pueblo pueda encomendarse a María “poniendo todo sus pesares, angustias e intenciones en su Inmaculado corazón”.