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26/12/24. El obispo auxiliar, D.  José María Avendaño, presidió en la mañana del domingo 24 de diciembre una eucaristía en el Centro Penitenciario de Valdemoro para celebrar junto a los internos la Navidad.

Cabe destacar que el salón de actos del centro había sido especialmente decorado para la ocasión con motivos navideños con la participación y colaboración de reclusos y voluntarios.

El auxiliar quiso trasladarles un mensaje de cariño y de esperanza subrayando el gran y profundo amor que Dios siente por ellos.

Comenzó el prelado agradeciendo la labor de la Pastoral penitenciaria y del capellán de la cárcel de Valdemoro, Pablo Morata, también presente en la celebración, de las capellanías que evangelizan en las prisiones del territorio diocesano, religiosas, voluntarios y, de manera especial, por aquellos con discapacidad física que colaboran en esta pastoral.

Además, tuvo también una mención para la Institución penitenciaria y para los funcionarios de prisiones “que velan por la dignidad de los internos y para que estén bien atendidos”.

Quiso D. José María resaltar su agradecimiento a Dios “que ha venido a estar y a quedarse con nosotros” e invitó a la asamblea asistente, que llenaba el salón de actos, a “celebrar el gozo de la Navidad, el nacimiento del Salvador, Enmmanuel, Dios con nosotros”.

“La señal es un niño envuelto en pañales -continuó- y en nuestro mundo hoy le vemos en la fragilidad de esta realidad, en el mundo carcelario, donde se sufre también la lejanía de las familias”.

“Pero Dios nació en las afueras de la ciudad. Belén está a las afueras. La Virgen no encontraba posada para que naciera el niño. Si hoy viniera Dios, ¿encontraría posada en vuestro corazón?” se preguntaba Mons. Avendaño insistiendo: “que nada ni nadie os enrede el corazón ofreciendo realidades que solo Dios puede dar, la dicha, el gozo, la Buena Noticia, vienen del Señor. Dios conoce vuestro corazón y os ama con amor infinito. No os va a abandonar nunca”.

“Pedimos al niño nacido en la pobreza del portal de Belén que os haga ricos en paz y felicidad; que no os falta nunca la esperanza y la alegría cristiana” pidió el prelado.

“Venid y contemplad con asombro lo que pasó en esta gruta de Belén. Dios se hace pequeño junto a la Virgen y san José para desearos lo mejor” concluyó.