La Parroquia San Saturnino (Alcorcón) acogió un encuentro ecuménico el pasado jueves 18 de enero, en el marco de la celebración de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.
El acto contó con la presencia del pastor anglicano de la Iglesia Española Reformada Episcopal, Juan Larios, del párroco, Alejandro Palma y del vicario parroquial, Jerónimo de Andrés.
El encuentro, en torno a la celebración de la Palabra, comenzó con una monición ambiental de Casto Iglesia, miembro del equipo de ecumenismo parroquial, quien compartió el lema de la Semana de Oración: ‘'Unidos por el amor a Dios y al prójimo' invitando a rezar por la unidad.
También manifestó su alegría por los 30 años que esta parroquia lleva realizando estos encuentros ecuménicos y por la existencia de una Delegación diocesana de Ecumenismo que los impulsa y promueve en toda la Diócesis.
A continuación, a través de distintas lecturas comentadas y cantos, los asistentes reflexionaron sobre la acogida, la unidad, la hospitalidad o el amor, entre otros temas.
Juan Larios, el pastor invitado, fue el encargado de ayudar a comprender la importancia de la parábola del Buen Samaritano.
Destacó Larios que esta parábola “presenta la visión más real de lo que era para Jesús la realidad del misterio de Dios, la realidad de su Padre", añadiendo: “ y nos presenta la misión de la Iglesia en su conjunto: hacer realidad el Reino comenzado por Jesús, llevando a cabo el servicio a los otros de forma prioritaria y sobre todo a los que sufren por el motivo que sea”.
“Servir y liberar fue su misión. A los oprimidos, a los enfermos… acoger y servir a los que sufren y mostrarles el rostro de Dios y su acción en el mundo para que podamos llegar a la plenitud humana como fuimos creados” subrayó.
Larios invitó a la asamblea a preguntarse, como Cristo hizo, “¿quién es nuestro prójimo?” destacando que hoy en día vivimos en “un mundo donde hemos normalizado mirar para otro lado ante el sufrimiento del otro, y el consumo de cosas y de experiencias que nos llevan a anestesiarnos y a destruirnos como seres humanos”.
“En la parábola, el Samaritano es aquél que se detiene ante el hombre herido al borde del camino, lo acoge, lo cura, le busca alojamiento … y como él, nosotros estamos llamados a detenernos ante el hermano que sufre, y ante el dolor del sufriente porque para Jesús toda persona es sagrada, sea cual sea su origen” remarcó.
El pastor recurrió para finalizar, a las palabras del papa Francisco - un “verdadero profeta”- en la Jornada Mundial de los Pobres de 2023: “delegar en otros es fácil; ofrecer dinero para que otros hagan caridad es un gesto generoso, pero la vocación de todo cristiano es implicarse en primera persona”.
Tras estas palabras todos rezaron el Credo y el Padre Nuestro para pedir la unidad de todas las Iglesias cristianas.