15/02/2025. Cuatro seminaristas del Seminario diocesano Nuestra Señora de los Apóstoles han sido admitidos a Órdenes en la parroquia Divino Pastor de Móstoles en una celebración que ha presidido el obispo de la diócesis, Mons. Ginés García Beltrán.

Gabriel Braojos, Miguel Vinagrero, Juan Beamonte y Arturo Castellano han sido los seminaristas que han dado un paso más en su proceso de formación hacia el presbiterado.

Mons. Ginés García Beltrán ha comenzado su homilía hablando del “milagro de cuatro jóvenes que un día sintieron la llamada del Señor, que el Señor les llamaba a ser sacerdotes, se han ido formando en el Seminario diocesano y han pedido al obispo ser admitidos a Órdenes”. 

“Yo –ha continuado–, en nombre de la Iglesia, les digo que su vocación va adelante. Podemos dar este primer paso en el camino a las Órdenes Sagradas en este rito tan sencillo, pero tan significativo, en el diálogo entre el obispo y los candidatos”.

Bienaventuranzas

Comentando la Palabra de la Liturgia de este domingo, ha indicado que encontrarse con las Bienaventuranzas “es ir al corazón del Evangelio, son la síntesis perfecta del Evangelio”.

“Las Bienaventuranzas no están en futuro, sino en presente, no es una casualidad. El señor mira a los que tiene delante. El señor pone ahí la clave del sentido profundo de las Bienaventuranzas. ¿Quién puede llegar a Dios? El que tiene necesidad de Dios. El que tiene un corazón embotado de cosas, de buenos proyectos. En un corazón donde no cabe Dios, difícilmente puede entrar el Señor”.

A continuación, ha preguntado: “¿Dónde está el verdadero sentido de la pobreza?, ¿en la necesidad de Dios?”. “Que cada uno se pregunte: ‘¿tengo necesidad de Dios?’. Solo el pobre, el de corazón sencillo necesita a Dios, y solo Dios viene a ese corazón sencillo. Por eso, el sentido de los pobres, de los que lloran, de los que tienen una verdadera esperanza en el señor”.

La vocación, un milagro especial

Mons. Ginés García Beltrán también ha subrayado que, aunque se ha pensado que “la vocación siempre ha sido un milagro”, en la actualidad es “un milagro especial”. 

“Es un gesto de esperanza que haya chicos como nuestros seminaristas que podrían tomar cualquier camino. Sin embargo, sienten una llamada y lo dejan todo para seguir al Señor, sabiendo que es un camino de felicidad, de esperanza, que no se acaba nunca”.

El obispo de Getafe ha continuado: “El mensaje de las Bienventuranzas es el mensaje de la esperanza, de estar dispuestos, abiertos, sabiendo que el Señor de nuestras propias pobrezas saca sus riquezas”. 

“Que vuestra pequeñez ante el Señor se convierta en la posibilidad de servirlo, con todo lo que sois y tenéis”, ha dicho a los cuatro seminaristas.

A continuación, ha revelado que “están profundamente emocionados e ilusionados por este paso que dan. Tienen como todas las vocaciones en la Sagrada Escritura ese miedo de no responder como Él quiere, pero el Señor nos precede”.

“La clave no está en desconfiar de los demás porque la falta de confianza es uno de los grandes pecados del mundo contemporáneo. El camino de la confianza al estilo de los santos, de Santa Teresa de Lisieux, es el camino de vuestro sacerdocio, el hombre que no confía en el Señor se seca, pero el que confía, aunque haya sequia, sigue dando fruto abundante”, ha apuntado.

Por último, les ha recordado que “ahora toca ir ratificando vuestra vocación; es un paso que debe cambiar vuestro estilo de vida para asemejarse cada día más en lo que un día queréis ser”.