En cada Misa los sacerdotes al elevar a Dios el Prefacio decimos “es justo y necesario darte gracias…..” y yo quiero hoy a dar gracias a Dios por la vida de Inés; el Señor la llamo a su presencia el 16 de Agosto después de 52 años de vida consagrada en las Mercedarias de Barcelona, y 27 años en la Parroquia de Ntra. Sra. de Zarzaquemada, en Leganés.
Inés fue una religiosa que ha vivido lo que decía el papa Francisco a las religiosas “que no fueran solteronas sino que tuvieran entrañas de madre” y ella era así: durante más de 25 años llevo el comedor sacerdotal de Leganés, no sólo cocinaba, que lo hacía como una madre, sino que creó un ambiente donde los sacerdotes nos sentíamos en casa, donde podíamos reír, llorar, contar nuestras alegrías y nuestras penas, donde algunos buscábamos su consejo o que nos escuchara, nos trataba como “hijos”, nos daba a cada uno lo que necesitábamos. El comedor era nuestra Betania y ella era a la vez María y Marta, nunca paraba, pero siempre nos llevaba con sus palabras y su vida a Dios.
Cada día, después del trabajo en el comedor, bajaba a la parroquia, a la que quiso con todo su corazón; llego a principios de los 80 desde Barcelona y se quedó de piedra al verla. Ella me dijo que parecía un corral, pero dio su vida y colaboró con los sacerdotes, con sinceridad con cada uno de los que, durante estos años, hemos pasado; viendo lo mejor de cada uno, y a la vez corrigiéndonos cuando era necesario. Como religiosa me ayudó muchísimo en mis primeros años en la parroquia, ella ha enjugado mis lágrimas y ha disipado mis tristezas, siempre estuvo dispuesta a echar una mano.
En la parroquia hizo de todo: catequista, ropero, limpieza, sacristía, postcomunión y no sé cuántas cosas más. Cuando llegaba a la parroquia se colocaba su bata verde, y se ponía a trabajar, siempre sirviendo a la comunidad, limpiando y en la sacristía, su poder era el servicio continuo, sin reclamar nada, sin reconocimientos, le salía del corazón.
Su pérdida ha sido dura, pero la fe me dice que está junto a Dios, y ella es, a partir de este día, una de las santas de la parroquia, junto a su querido Juanjo.
Por eso junto a toda mi comunidad parroquial y los curas de Leganés, sólo podemos decir Gracias Inés por toda tu vida de entrega, pero Gracias a Dios por el regalo que nos hizo con Inés, por toda su vida y su entrega.
Aurelio Carrasquilla Jerez
Párroco de Ntra. Sra. de Zarzaquemada