El relieve es suave, pero hay altitudes que superan los dos mil metros.
El curso fluvial mas importante es el río Sil, que recoge las aguas del rió Grande en las proximidades del espectacular puente de las Palomas.
La cubierta vegetal, favorecido por un clima húmedo, la constituyen robles, rebollos, bosques de abedul, hayas y acebos, y vegetación de matorral (piornales y brezales), donde se refugian el oso, y el urogallo, que son, junto a la trucha las especies representativas.
El importante patrimonio natural que alberga la comarca, justifica su declaración como Reserva de la Biosfera.
En Villablino aun se conservan aspectos muy interesantes de su pasado medieval, desde las repoblaciones que hiciese Alfonso I y Fruela I en el siglo VIII.
Las iglesias de Robles de Laciana –bajo la advocación de san Xuliano y consagrada en 1128- y de Tejedo del Sil, nos han dejado una muestra del románico rural. La iglesia de San Miguel de Laciana es el ejemplo de la presencia renacentista, con un retablo donde se aloja la imagen de Santa Águeda, obra del escultor leonés Bautista Vázquez (1533-1596). Es también significativa la ermita de San Antolín, en Palacios del Sil, donde también se yergue un antiguo puente de cuatro arcos que fue reparado en el siglo XVII.
La cultura popular mejor conservada es la relacionada con las fiestas de San Roque en Villablino, la romería de Carrasconte el 15 de agosto o la celebérrima feriona el 12 de octubre en Villablino, son hitos festivos de Laciana. En la festividad de San Roque el 16 de agosto donde se regalan las botellas de pan bendecidas según marca la costumbre. En la apuesta por la valorización del patrimonio natural de la comarca se han creado los centros de interpretación del Oso Pardo en Palacios Sil y del Urogallo en Caboayes de Arriba. En Villablino se celebran todos los años los cursos de verano de la universidad Carlos III y de la universidad de León.