En pocos trazos
José Rico Pavés
Obispo auxiliar de Getafe

La lógica de la misericordia pastoral

Con la celebración de la Pascua nos hemos detenido junto al Papa Francisco ante la tumba vacía de Jesús, con estupor y gratitud el gran misterio de la resurrección del Señor. En este Año jubilar descubrimos con que el misterio pascual de Cristo, su pasión, muerte y resurrección, es la revelación plena de la misericordia que actúa en la historia.

El bálsamo de la misericordia se sigue derramando en las palabras y gestos del Papa, marcados ahora por el gozo de la Pascua. Las meditaciones previas al rezo del Ángelus, las homilías de las grandes celebraciones litúrgicas y algunas de las Audiencias jubilares de los sábados proyectan con fuerza la noticia que nunca envejece: “¡Cristo ha resucitado! ¡La misericordia y el amor han vencido sobre el pecado!”. Mención especial merece la vigilia de oración en la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia, corazón de todo el Año jubilar, en la que Francisco ha manifestado: “Qué bello sería, que como un recuerdo, digamos, un ‘monumento’ de este Año de la Misericordia, haya en cada diócesis una obra estructural de misericordia: un hospital, una casa para ancianos, para niños abandonados, una escuela donde no haya, una casa para recuperar los toxicómanos…”.

Las Audiencias generales de los miércoles se siguen centrando en el tema de la misericordia. Comenta Francisco el salmo 51 para buscar el perdón, confesar la propia culpa y celebrar la santidad de Dios. Completadas las catequesis sobre la misericordia divina en el Antiguo Testamento, la enseñanza se dirige ahora a Jesucristo, quien lleva la misericordia a plenitud. La vocación de san Mateo, nos recuerda que “la Iglesia no es una comunidad de perfectos, sino de discípulos en camino, que siguen al Señor porque se reconocen pecadores y necesitados de su perdón”. La actitud de la pecadora que, en casa de Simón, lava los pies de Jesús con sus propias lágrimas “nos enseña la relación entre fe, amor y agradecimiento. Le han sido perdonados muchos pecados y por esto ama mucho”.

Los Discursos buscan trazar puentes, unas veces para superar los obstáculos de la división, como el dirigido a una Delegación del Consejo metodista mundial, tras la apertura la Oficina ecuménica metodista en Roma; otras, para ayudar a expandir el abrazo misericordioso del Padre, como el dirigido a una delegación de la Papal Foundation; otras para recordar el testimonio de los mártires y exhortar a vivir en fidelidad la vocación sacerdotal confiando en la protección amorosa de la Virgen María, como el dirigido a la comunidad del Pontificio Colegio escocés de Roma; otras, para mover los corazones a socorrer a quienes padecen situaciones de especial fragilidad, como el transmitido a los participantes en un Congreso de Cáritas de las diócesis italianas.

Bien sabemos que para el Papa, tan importantes o más que las palabras son los gestos. El comienzo de la Pascua nos ha dejado algunos muy significativos, como la oración por los cristianos que celebraban la Pascua en Pakistán y murieron en un atentado; o por los que sufren las consecuencias de la violencia en Ucrania; o por todas las personas secuestradas en zona de conflicto armado, las víctimas del terremoto de Ecuador y por los que padecen el drama del desempleo. Sin embargo, entre todos los gestos, el viaje a la isla griega de Lesbos constituye una lección viva de misericordia encarnada. En el encuentro con los refugiados Francisco ha llorado con los que lloran, ha rezado por las víctimas de las migraciones y ha unido sus manos con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla para tenderlas unidas a todos los que sufren la tragedia de la emigración y del desplazamiento.

La esperada Exhortación Apostólica Amoris Laetitia sobre el amor en la familia, presentada por Francisco en continuidad con el Magisterio precedente, nos invita ante todo a ejercitar la lógica de la misericordia pastoral. ¿Acaso no es esto lo que el mismo Papa lleva a cabo con sus gestos y palabras?

En breve

-Vigilia Divina Misericordia
La noche anterior al Domingo de la Divina Misericordia se celebró un Vigilia, en la plaza de San Pedro.

-Con los migrantes en Lesbos
El 16 de abril Francisco acudió a visitar la isla griega de Lesbos, y recordó que “todos somos migrantes”.

-Exhortación apostólica
Firmada el 19 de marzo, la exhortación apostólica “La alegría del amor” publicada el 8 de abril está impregnada de la lógica de la misericordia pastoral.

-Audiencias
Las audiencias generales de los miércoles, y las especiales por el jubileo, siguen siendo ocasión de desarrollar aspectos del tema de la misericordia.