En pocos trazos Diciembre 2019
San José y la sabiduría cristiana
Por José Rico Pavés


A las puertas de la Navidad, Francisco ha meditado sobre el testimonio de san José, «una figura aparentemente de segundo plano, pero en cuya actitud está contenida toda la sabiduría cristiana». De las figuras del Adviento, junto a san Juan Bautista y la Virgen María, el Papa considera a san José el más modesto. De manera silenciosa, trabaja siempre por cumplir la voluntad de Dios y cuando llegan las dificultades confía totalmente en Él. San José es modelo de fe por su confianza inquebrantable en Dios, que le permite aceptar lo humanamente incomprensible. «El ejemplo de este hombre gentil y sabio nos exhorta a levantar la vista, a mirar más allá. Se trata de recuperar la sorprendente lógica de Dios que, lejos de pequeños o grandes cálculos, está hecha de apertura hacia nuevos horizontes, hacia Cristo y Su Palabra».

Con motivo del saludo navideño a los miembros de la curia romana, el Papa ha dirigido uno de esos discursos que marcan el pontificado. Centrado en la reforma que está en marcha, Francisco ha expuesto el significado de una expresión repetida en otras ocasiones: no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época. La curia romana no está desconectada de la realidad, por eso, su reforma debe ser entendida en la lógica del cambio de época. No estamos más en época de cristiandad. A la Iglesia en el momento presente le corresponde iniciar procesos, no ocupar espacios. Lo cual implica dar a los organismos de la curia una fisonomía más evangelizadora. «La humanidad es la clave distintiva para leer la reforma. No olvidemos que el Niño recostado en el pesebre tiene el rostro de nuestros hermanos y hermanas más necesitados». No quiere el Papa una nueva curia romana, sino más bien una nueva época en la curia alentada por la contemplación del misterio que celebramos en Navidad.

«La Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada hombre, incluso al peor. A mí, a ti, a cada uno de nosotros». Por eso, antes de ir en busca de Dios, hemos de dejarnos buscar por Él, porque Dios nos busca primero. «Pongamos nuestra mirada en el Niño y dejémonos envolver por su ternura». Acojamos el don que es Jesús, para luego transformarnos en don como Jesús. La salvación que trae Jesús es paciente, comporta la «paciencia del amor». Contemplando el pesebre, vemos, con los ojos de la fe, el mundo renovado, liberado del dominio del mal y puesto bajo el señorío regio de Cristo, «el Niño que yace en el comedero».

Al inicio del nuevo año, Francisco ha invitado a poner la mirada en la Madre de Dios y en el Hijo que nos muestra, para que nos dejemos bendecir por Ella. La Virgen nos bendice mostrándonos a su Hijo; con Él nos llega toda bendición.