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El papa Francisco mantuvo en la tarde del jueves 3 de agosto su primer encuentro con los cerca de 500.000 jóvenes -unos 3000 de la Diócesis de Getafe- que llegaron a Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud. El Pontífice les dirigió unas palabras en el Parque Eduardo VII, donde se celebró la ceremonia de acogida.

El Santo Padre comenzó agradeciendo la presencia “y el alboroto” con que le habían recibido los jóvenes y les dijo “no es casualidad” este encuentro: “el Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. Sí, Él los ha llamado por sus nombres (…)  a los ojos de Dios somos hijos valiosos, que Él llama cada día para abrazar y animar; para hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única y original, cuya belleza sólo podemos vislumbrar”.

“En esta Jornada Mundial de la Juventud, ayudémonos a reconocer esta realidad esencial  (…) Que sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados tal como somos. Este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo de la vida” insistió Francisco.

oscarhumaneslisboaEl obispo de Roma lanzó un mensaje de unidad invitando a todos los jóvenes a crear una Iglesia acogedora donde haya lugar para todos: “en la Iglesia hay espacio para todos ―y, cuando no haya, por favor, esforcémonos para que haya―, también para el que se equivoca, para el que cae, para el que le cuesta”.

“Porque la Iglesia es, y debe ser cada vez más, esa casa donde resuena el eco de la llamada que Dios dirige a cada uno por su nombre. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos; nos lo muestra Jesús en la cruz. Él n o cierra la puerta, sino que invita a entrar; no aleja, sino que acoge. En estos días transmitimos su mensaje de amor, que libera el corazón y deja una alegría que no desaparece” señaló Francisco.

charlyenlisboasingruaAdemás, el santo Padre insistió en el poder transformador de la oración: “descubrirán algo nuevo, sorprendente: que cuando le preguntamos al Señor, cuando le abrimos el corazón cada día, cuando rezamos de verdad, se produce en nosotros un vuelco interior.  Lo que pasa es que, en el diálogo de la oración, Dios te toma por sorpresa: tú le haces preguntas y Él no te da simples respuestas, porque no es un motor de búsqueda, sino el Amigo verdadero”.

También quiso el obispo de Roma lanzar algunas advertencias a los jóvenes que le escuchaban: “estén atentos a las ilusiones de lo virtual, porque muchas realidades que nos atraen y prometen felicidad después se muestran por aquello que son: cosas vanas, pompas de jabón, superfluas, cosas que no sirven y que nos dejan vacíos por dentro” .

“Hay una felicidad que Jesús ha preparado para ustedes, para cada uno de ustedes; que no pasa por acumular cosas, sino por jugarse la vida. También a ti el Señor te dice: “¡Ve!, porque hay un mundo que necesita eso que tú y sólo tú puedes darle” (…) todos necesitan saber que Dios está cerca, que espera un pequeño signo del corazón para llenar nuestras vidas de maravillas” continuó.

Con estas palabras el santo Padre quiso impulsar el ardor evangelizador en los jóvenes que le escuchaban y les animó a no tener miedo “porque el Señor capacita a los que elige” y porque “tenemos una gran ayuda, una Madre que, especialmente en estos días, nos toma de la mano y nos muestra el camino: María”.

Francisco les dejó varias tareas para comenzar la JMJ: “por el momento recordemos el punto de partida: todos fuimos llamados por el Señor, fuimos llamados porque somos amados. Y hagamos dos cosas: primero, llamémonos por nuestros nombres y recordémonos unos a otros la belleza de ser amados y valiosos. Segundo: hagamos preguntas a Jesús, que en estos días espera que lo llamemos muchas veces. Sigamos conectados con Él; conectados con el amor, la alegría aumentará. ¡Buena JMJ!”.

La ceremonia de acogida fue una fiesta de alegría, música y color, donde los jóvenes mostraron su entusiasmo y su fe. Llegados desde los lugares más alejados del mundo se unieron con un mismo amor al que es cabeza de la Iglesia y sucesor de Pedro.

El viernes 4 de agosto el sumo pontífice tiene previsto rezar con los jóvenes en el santo Viacrucis, a las 18.00 horas, en el Parque Eduardo VII.