13/09/2023. La Delegación diocesana de Migraciones organizó el pasado viernes 8 de septiembre un nuevo Círculo de Silencio en favor de plenos derechos para los migrantes. Esta vez bajo el lema ‘Sin citas no hay derechos’.
Cerca de medio centenar de personas se unieron en la Plaza del General Palacio en Getafe, para visibilizar el daño que produce la dificultad para acceder a la siempre necesaria cita previa, daño que todos sufrimos, pero que en el caso de migrantes y refugiados tiene unas consecuencias dramáticas.
En silencio reflexionaron con el apoyo de unos carteles que ilustraban las dificultades para la obtención de citas en trámites vitales para ellos, comprobadas apenas unos días antes.
El encuentro concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se subrayaban los problemas principales que sufren las personas extranjeras en España y se explicaban las dificultades a la hora de pedir cita previa.
MANIFIESTO
“A raíz de la pandemia se ha generalizado la necesidad de pedir cita previa para realizar prácticamente cualquier gestión administrativa. En el caso de las personas migrantes y muy especialmente en el de los solicitantes de asilo eso genera nuevas trabas y dificultades.
En estos días hemos probado a pedir cita on-line para gestiones de asilo o para nuestro padrón municipal. El resultado ha sido: ‘No hay citas disponibles’ o ‘primera cita: 13 diciembre de 2023’.
Si recurrimos a la cita telefónica no descuelgan el teléfono, teniendo que recurrir en muchos casos a instalar aplicaciones de re llamada sin que eso tampoco sea garantía de lograr el objetivo.
Añadamos a todo esto las dificultades en el uso de la lengua que muchos pueden tener todavía o la disponibilidad de una conexión cómoda a internet o un contrato de telefonía móvil con llamadas ilimitadas.
Mientras tanto los plazos corren y pueden quedarse sin poder renovar documentos, con lo que eso significa para acceso al trabajo, sanidad o, en algunos casos, a la educación, lo que hace que la brecha de exclusión se abra aún más.
Todo ello aumenta las situaciones de angustia, que pueden redundar en la aparición de otros problemas, incluidos los de salud.
RECLAMAMOS Y DENUNCIAMOS
Reclamamos a las administraciones implicadas que establezcan procedimientos más eficaces y dimensionen adecuadamente sus servicios —como ya han hecho algunos organismos— para que puedan atenderse con agilidad las demandas de la ciudadanía, de modo que todos puedan ejercer sus derechos y cumplir con sus obligaciones.
Pedimos que, junto a la posibilidad de relación on-line, exista en todos los casos una alternativa presencial con información y ayuda clara, a la que la administración estaría obligada.
Denunciamos que al sobre burocratizar los procedimientos, en la práctica se está obligando a los ciudadanos a relacionase con la administración utilizando servicios de gestoría que incrementan innecesariamente el coste de actuaciones esenciales, suponiendo una gran carga para economías especialmente precarias.
Denunciamos, en fin, que, como consecuencia de esto último, se posibilita que algunos profesionales sin escrúpulos se aprovechen de la situación desfavorecida de los emigrantes, su desamparo administrativo y desconocimiento para cobrarles cantidades ingentes de dinero, frecuentemente por adelantado, para trámites dudosos y, en ocasiones, con retención de documentos de identidad y de otra índole, de manera que los mantienen en una especie de esclavitud administrativa”.
Los Círculos de Silencio que se celebran mensualmente están promovidos desde la Delegación Diocesana de Migraciones, y los organiza un equipo abierto en el que colaboran, entre otros colectivos, cristianos de la Parroquia San Eugenio o el Grupo de 'Mujeres de Luz' de la Parroquia de San Rafael.