10/06/2024Varios cientos de peregrinos de todas las edades se acercaron en la tarde del sábado 8 de junio hasta el Cerro de los Ángeles para celebrar la fiesta del Inmaculado Corazón de María.
Este encuentro organizado por la Vicaría Episcopal para el Cerro de los Ángeles, contó con la participación de distintas realidades evangelizadoras que, a lo largo de la tarde, dieron a conocer su carisma y su labor en distintos stands instalados en la explanada: el Foro Mariano diocesano, la Fundación Madrina, los Grupos de Oración del Corazón de Jesús y ACIM, los Scouts de Europa, el Movimiento Eucarístico Juvenil (MEJ) de Madrid, el Reino de Cristo, Radio María, las Adoradoras presenciales y la Red Mundial de Oración del Papa - Apostolado de la Oración.
La jornada espiritual empezó a las 16.30 horas con la acogida en la explanada del Cerro para, a continuación, pasar a la Basílica donde tuvo lugar el saludo inicial y la presentación de la Red Mundial de Oración del Papa (RMOP), a cargo de su director, David Fornieles, quien centró su intervención en los elementos característicos de esta red: el ofrecimiento de obras, la Eucaristía, la reparación y la consagración al Corazón de Cristo, el amor a la Virgen María y el sentir con la Iglesia desde la adhesión y oración por el Papa y sus intenciones. Fornieles presentó la fidelidad a la esencia del Apostolado de la Oración como camino para la verdadera renovación en la RMOP.
Otro de los momentos importantes fue la intervención del P. Luis Fernando de Prada, director de Radio María, quien disertó sobre el significado profundo de 'La Eucaristía y la Reparación'
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Los más pequeños también disfrutaron de un tiempo de formación y de juegos en el Convento de las MM. Carmelitas del Cerro, junto al párroco de San Isidro (Leganés), Jesús Parra, y los guías y scouts de Europa.
A mitad de la tarde, el obispo D. Ginés García Beltrán presidió una eucaristía en la Basílica del Cerro, en la que participaron algunos de los grupos evangelizadores presentes en el encuentro.
El obispo, acompañado de sacerdotes, un gran número de consagrados y consagradas y fieles de asociaciones y movimientos, destacó la importancia de las fiestas que se celebraban ese fin de semana en el Cerro: el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.
"El corazón de María es el camino más seguro para llegar al corazón de Jesús" subrayó, invitando a seguir su ejemplo y a contemplar el corazón de la Virgen: "María tiene un corazón puro, un corazón limpio, es la inmaculada que no ha conocido pecado, capaz de ver a Dios en todas las cosas".
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Después de la misa hubo un tiempo para cenar y prepararse para la celebración del Rosario de Antorchas por la explanada, que permitió a decenas de devotos unir en la noche su oración a María ante el impresionante monumento del Sagrado Corazón.
Los jóvenes también tuvieron su espacio en la jornada, ya que habían trasladado al sábado su encuentro mensual de oración con el obispo (OCEO).
En esta ocasión contaron con la organización de Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC), y la predicación del P. Santiago Arellano, quien invitó a los jóvenes a "sentirse queridos y perdonados por Cristo, por su misericordia (...)", y a "revestirse de hombres nuevos".
https://www.youtube.com/watch?v=Duh9Q9DvWw8&t=3s
Al finalizar la OCEO el Santísimo quedó expuesto toda la noche y se realizaron varios turnos de adoración para acompañar al Señor en los que participaron distintos grupos: JRC de Mérida, la Parroquia San Esteban Protomártir (Los Cerralbos), los Peregrinos de María Schola Cordis Iesu, la Congregación Mariana de la Inmaculada (Valdemoro), los Jóvenes del Costado de Jesús (JCJ) y la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
El domingo 9 de junio, a las 8.00 horas, el P. José María Alsina, superior de los Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y presidente del Instituto del Corazón de Cristo, en Toledo, presidió una eucaristía en la pidió por los frutos de la jornada y agradeció "la entrega de todos los que había permanecido ante el Santísimo acompañándole durante la noche".
Al término de la misa, los voluntarios del Cerro, que habían colaborado en su preparación, ofrecieron un desayuno a todos los asistentes para concluir el encuentro y reponer fuerzas.