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12/06/2024. El pasado sábado 8 de junio, fiesta del Inmaculado Corazón de María, la Parroquia San Juan de Ávila (Móstoles) acogió la ceremonia de consagración a María de once jóvenes, en la que participó toda la Congregación 'Madre de la Esperanza', que forma parte de la comunidad parroquial y a la que entraban a formar parte los nuevos consagrados.

La celebración estuvo presidida por el párroco, Jaime Bertodano, y concelebrada por el vicario parroquial Rafael Marina.

Bertodano animó a los consagrados a permanecer "en el amor a la Virgen" y a perseverar en la pertenencia a la Iglesia.

Los nuevos consagrados prometieron "caminar hacia Jesús junto a María" y recibieron la medalla de manos de sus padrinos.

Los aspirantes ofrecieron su promesa de seguir a la Virgen y los consagrados de años anteriores renovaron su consagración a María. Todo ello en una ceremonia acogedora y solemne en la que participó también activamente toda la comunidad parroquial.

Los jóvenes y adultos llegan a la consagración después de dos años de formación en los que han ido afianzando su compromiso de fe.

La Congregación Mariana de 'Santa María de la Esperanza' es una asociación privada de fieles, hombres y mujeres que aspiran en su interior a convertirse en testigos de la luz del Evangelio, constituida en la Diócesis de Getafe, al amparo de lo establecido en el Código de Derecho Canónico.

Tiene como finalidad principal formar católicos íntegros, que busquen siempre la mayor gloria de Dios y de su santísima Madre, y la salvación de las almas.

Fomenta en sus miembros una ardiente devoción, reverencia y amor filiar a la Virgen María, para aprender, por medio de Ella, a imitar a Jesucristo y conformarse amorosamente con su voluntad, como verdadero camino para llegar a la santidad.

La santidad del congregante consiste en responder fielmente a aquella vocación universal recibida en el bautismo, y en vivir la plenitud de la vida cristiana y la perfección en el amor, a imitación de la santísima Virgen.

El congregante cumple su compromiso de servicio a la Iglesia siendo ejemplar cristiano y ajustando perfectamente sus creencias y su conducta a la fe y moral que la santa Iglesia enseña.