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25/06/2024. Más de trescientos cursillistas procedentes de las Diócesis de Getafe, Madrid, Toledo, Alcalá de Henares, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara, se dieron cita el pasado sábado 22 de junio, en el Colegio Salesianos Loyola situado en Aranjuez para participar en la Ultreya interdiocesana de Centro-La Mancha.

Un evento que llevaba varios años sin celebrarse y que contó en esta ocasión con la participación del obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe, D. José María Avendaño.

La organización y logística del evento corrió a cargo de los cursillistas de Getafe quienes, con Milagros Salinas Ortega al frente de un equipo, hicieron posible que este encuentro interdiocesano se desarrollara "magníficamente", a juicio de todos los asistentes.

De la coordinación del encuentro se encargó el toledano Carlos del Valle, del grupo interdiocesano Centro-La Mancha y miembro de la Comisión Permanente Nacional del MCC.

Tras la oración inicial, guiada por el Consiliario diocesano de Getafe, Yago Fernández, y la presentación del encuentro por parte del coordinador de la Ultreya, los asistentes pudieron escuchar el "rollo" o charla formativa y experiencial que fue impartida por Juan José Rodríguez, miembro del MCC de la Diócesis de Getafe, con el título 'Llamados a evangelizar'.

Rodríguez Vicente recordó la misión de la Iglesia, destacando que "la vocación al apostolado y a la evangelización nos viene del hecho de ser bautizados".

Subrayó la necesidad y urgencia de la evangelización e insistió en que "somos escogidos y enviados al mundo y que esto se puede decir de cualquier bautizado".

Continuó exponiendo que el Movimiento de Cursillos y sus miembros (en especial los dirigentes de escuela que han hecho una opción a trabajar en el MCC), tienen una llamada "más especial" en virtud de su carisma propio a realizar esta labor evangelizadora "concretamente en el campo del primer anuncio y en orden a fermentar de Evangelio los ambientes".

Finalmente, recalcando que el Movimiento para ello dispone de un método propio, ofreció algunas pistas que pudieran servir a los cursillistas a la hora de afrontar y realizar el precursillo, cuestión esta última que está siendo objeto de estudio en este momento por el Secretariado Nacional.

Tras el 'rollo', se presentaron una serie de testimonios a cargo de cursillistas de Alcalá, Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real y Madrid. Dichos testimonios tuvieron en común cómo la vivencia del cursillo y la posterior integración en las Ultreyas respectivas, supusieron una transformación de las vidas de estos hermanos y su perseverancia en el cuarto día.

Resultó interesante el testimonio ofrecido por el consiliario de Cuenca que compartió la experiencia de un cursillo de cristiandad realizado en la cárcel, y como ello "había sido un revulsivo para su escuela".

El testimonio de Madrid corrió a cargo de Carlos Mora, postulador de la causa de beatificación del siervo de Dios Sebastián Gayá, quien aprovechó para invitar a los asistentes a dar a conocer en sus respectivas diócesis la figura de este iniciador del Movimiento de Cursillos.

Cerraron esta parte de la Ultreya el Consiliario de Alcalá, José García y unas breves palabras de D. José María Avendaño, obispo auxiliar de Getafe, quien había estado presente tanto durante el rollo como en los testimonios.

Avendaño agradeció toda la vida y santidad que se había expresado en dichos testimonios y se congratuló de poder compartir esta Ultreya de cursillistas de Centro-La Mancha, pues él es manchego de nacimiento.

Tras un descanso, en el que se pudo compartir entre los asistentes, se celebró la eucaristía presidida por el obispo auxiliar de Getafe y concelebrada por los consiliarios asistentes.

En su homilía, el prelado recordó a los iniciadores del Movimiento y agradeció los 75 años del Movimiento "en la vanguardia de la evangelización y del primer anuncio", animándolos a seguir en esta tarea "tan necesaria y urgente en los tiempos actuales".

Después de la comida compartida entre los asistentes, en un ambiente festivo y muy agradable, llegó, por la tarde, la parte final de la Ultreya, más lúdica, y con el broche del concierto musical que ofrecieron los jóvenes de la Diócesis de Getafe.

Con el agradecimiento por parte del coordinador del grupo interdiocesano, Carlos del Valle y la bendición final, partieron todos hacia sus respectivas diócesis y localidades de origen más llenos del Espíritu Santo, habiendo experimentado la comunión fraterna, el hecho de "tener un solo corazón", y habiendo renovado su deseo de ser verdaderos apóstoles y evangelizadores en sus respectivos ambientes.