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15/10/2024. En la mañana del martes 15 de octubre se ha presentado, en la sede madrileña de Obras Misionales Pontificias, la Jornada Mundial de las Misiones 2024, el Domund, "una Jornada para sentirnos parte de la familia de la Iglesia" como ha dicho el director nacional de OMP, José María Calderón, en la presentación.

Junto a él estaban el misionero comboniano Jorge Naranjo, que ha compartido su misión en Sudán, territorio donde lleva evangelizando 16 años y Gonzalo Echanove, joven madrileño de Hakuna, que estuvo en misión en Corea del Sur.

Calderón ha subrayado la importancia de la evangelización "todos estamos llamados a evangelizar, como dice el lema de este año 'Id e invitad a todos al banquete'" subrayando que "seguimos siendo el país con más misioneros en el mundo, unos 7000 entre sacerdotes, religiosos y laicos" y "el segundo país que más aporta a la misión, unos 9 millones el año pasado".

También ha resaltado que "aunque los donativos son importantes, más importantes son las vocaciones" y ha invitado no solo a la solidaridad económica con "nuestras aportaciones a las misiones con las que se sostiene la labor de obispos, catequistas y misioneros" sino sobre todo a "rezar el Rosario (en el mes del Rosario, octubre) y a ofrecer sacrificios y contrariedades por las vocaciones misioneras".

 

Sudán: La comunidad se transforma a partir de la misericordia

Por su parte, Jorge Naranjo ha realizado una exposición de la situación de la Iglesia en Sudán, "que sigue actuando a pesar de la guerra" en las dos partes en las que ha quedado dividido el país: una bajo el Ejército regular, donde la situación es más normal, y otra bajo dominio de las milicias, donde los saqueos, las violaciones han ocasionado el desplazamiento de 10 millones de personas, que se han visto obligadas a dejar su hogar.

El misionero comboniano, director del Comboni College de Ciencia y Tecnología desde 2012, vio cómo la ciudad en la que estaba ubicado, Jartum, se convertía en un campo de batalla con el estallido de la guerra y cómo la enseñanza se desplazó y se vio obligado a reinvertarse.

Imparten Informática, Tecnología de la Información,  Lengua y Lieteratura inglesas y Enfermería; "nuestra presencia — explicaba — ha sido buena tanto para cristianos como para musulmanes que conviven en la formación y en el cuidado de las personas enfermas que necesitan cuidados paliativos: así se transforma la comunidad a partir de la misericordia".

"En Sudán hay mucho hambre, gente que necesita asistencia médica y ese es el papel de la Iglesia también", ha destacado.

 

Corea del Sur: La Iglesia no va de lo que haces sino de lo que eres

En último lugar ha intervenido el joven Gonzalo Echanove, madrileño e ingeniero de Telecomunicaciones, miembro Hakuna — con presencia en la Diócesis de Getafe — que ha explicado cómo su relación con Dios a través de esta Asociación de Fieles le llevó a querer "ser mejor persona, mejor trabajador, mejor hijo, mejor amigo, y a llevar el amor y la alegría que llevaba dentro a todo el mundo" y desde ahí, y tras una etapa de discernimiento y preparación espiritual y cultural, a Corea del Sur, junto a otros 30 jóvenes.

"En Corea del Sur he permanecido un año — contaba — he ido a hacer amigos, a rezar juntos, a hacer familia; la Iglesia no va de lo que haces sino de lo que eres".

"Misionero es aquel que se deja amar por Cristo y deja que Cristo ame a otros a través de él", añadía compartiendo su experiencia con las Hijas de la Caridad, donde en la calle encontraron gente de todo tipo "incluso ingenieros que se habían salido de la rueda del trabajo" y "no les llevábamos mantas ni comida, simplemente fuimos a estar con ellos".

Echanove ha explicado cómo es la vida en la sociedad coreana "donde el hombre está solo, no tiene amor" por eso "es importante que un católico allí viva lo que es. Hay que amar a las personas y presentarles un Dios que les ama".

El joven misionero de Hakuna subrayaba que "una vida junto a Dios se refleja en el día a día y se manifiesta también en la unidad de la Iglesia".