28/10/2024. El domingo 27 de octubre el Papa Francisco presidía en Roma la celebración conclusiva de la Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos.
En su homilía el Santo Padre subrayaba la necesidad de que la Iglesia no permanezca estática, sino que se mueva y responda a los desafíos actuales. Utilizaba la historia de Bartimeo, el ciego que recupera la vista y sigue a Jesús, como metáfora de una Iglesia que debe levantarse y caminar con esperanza y audacia.
“Sería hermoso –decía el Papa en su homilía– si el Sínodo nos impulsara a ser Iglesia como Bartimeo; es decir, la comunidad de los discípulos que, oyendo al Señor que pasa, percibe la conmoción de la salvación, se deja despertar por la fuerza del Evangelio y comienza a clamar a Él. Y lo hace recogiendo el grito de todas las mujeres y los hombres de la tierra”.
Francisco recordó “el grito de aquellos que desean descubrir la alegría del Evangelio y de aquellos que, en cambio, se han alejado; el grito silencioso de quienes son indiferentes; el grito de los que sufren, de los pobres, de los marginados; de los niños esclavos, esclavizados en tantas partes del mundo para trabajar; la voz quebrada de quienes no tienen ni siquiera la fuerza de clamar a Dios, porque no tienen voz o porque se han resignado”.
Para concluir el Santo Padre expresaba que no quería “una Iglesia sentada, sino una Iglesia en pie. No una Iglesia muda, una Iglesia que recoge el grito de la humanidad. No una Iglesia ciega, sino una Iglesia iluminada por Cristo, que lleva la luz del Evangelio a los demás. No una Iglesia estática, una Iglesia misionera, que camina con el Señor por las vías del mundo”.
Dirigiendo su mirada a la Cátedra de san Pedro, meticulosamente restaurada, recordaba que “esta es la cátedra del amor, es la cátedra de la unidad, es la cátedra de la misericordia, según aquella orden que Jesús le dio al apóstol Pedro, no de dominar a los demás, sino de servirlos en la caridad (…) Esta es la Iglesia sinodal: una comunidad cuyo primado está en el don del Espíritu, que nos hace a todos hermanos en Cristo y nos eleva hacia Él”.
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El proceso sinodal
La segunda sesión y última de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre la sinodalidad arrancó el miércoles 2 de octubre tras la misa de apertura presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.
Daba así comienzo a la última fase del Sínodo convocado por el Santo Padre el 10 de octubre de 2021, y cuyo proceso ‘sinodal’ se ha desarrollado a lo largo de 4 fases: la Fase Diocesana, la Fase de la Conferencia Episcopal y las Iglesias Orientales, la Fase Continental y la Fase Universal.
Documento final
Como resumen del proceso sinodal se ha publicado un documento final ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión’ que recoge las reflexiones y propuestas surgidas en las distintas fases. Este documento, según el Papa, ya contiene indicaciones concretas para guiar la misión de la Iglesia en los diferentes contextos y continentes.
También habla sobre la importancia de volver a las raíces de la fe y la experiencia renovada del encuentro con Cristo resucitado; destaca la necesidad de una Iglesia unida en la diversidad y comprometida con la paz y la reconciliación.
Además, menciona los desafíos actuales, como las guerras y las injusticias sociales, y la importancia de la sinodalidad y la conversión continua.
El documento subraya la misión de la Iglesia de ser un lugar de acogida, esperanza y alegría, y la necesidad de trabajar juntos para construir una paz duradera.
El documento está disponible en italiano aquí
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