28/12/2024. El obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, ha celebrado la Jornada de la Sagrada Familia en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Chinchón. Una eucaristía en la que han participado numerosos feligreses, entre ellos algunas familias, y ha contado con el delegado de Familia y Vida de la diócesis, Álvaro Ojeda. También ha estado presente el alcalde y los miembros de la corporación municipal.

En su homilía, García Beltrán ha subrayado la importancia de que las familias sean fuertes y den testimonio, porque de este modo, “el mundo ganará”.

“Con la familia de Nazaret celebramos todas nuestras familias; esa preciosa realidad que son nuestras familias, donde hemos recibido la vida, donde hemos recibido la fe, esa familia que supone siempre un lugar de crecimiento, un lugar donde siempre nos sentimos acogidos, nos sentimos respetados”. 

Refiriéndose al Jubileo de la Esperanza inaugurado por el Papa el pasado 24 de diciembre y que en cada diócesis comienza este domingo 29, ha mencionado el lema de la Jornada: “Familia, fuente de esperanza”. “Estamos invitados a lo largo de este Año Santo a mirar a la esperanza. Queridos hermanos, ¿cuánta esperanza hace falta en el mundo?, ¿cuántas situaciones de desesperanza?, ¿cuántos hombres desesperanzados?, ¿cuántas personas, posiblemente que están a mi lado, posiblemente yo mismo, tenemos diluido, oscurecido, el horizonte de la esperanza? Uno mira el mundo y dice: es verdad, es que hay muchos motivos para la desesperanza, motivos diferentes para la desesperanza”.

“Sin embargo, –ha continuado– San Pablo, y así ha querido también el Papa, comenzar la bula de convocatoria de este Año Santo, dice que ‘la esperanza no defrauda’. Podemos tener muchos motivos de desesperanza, pero la esperanza no defrauda. ¿Por qué no defrauda la esperanza? Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado”.

“La esperanza nace y crece en el amor. Por eso la esperanza es fuente, o la familia es fuente de esperanza. Una familia puede y tiene que ser para todos los que son miembros de esa familia una fuente de esperanza”, ha expresado.

“El mundo, el corazón del hombre, sin esperanza, es un cementerio. Por eso la esperanza coge de la mano a la fe y a la caridad y la hace avanzar siempre adelante”, ha añadido poco después.

 

Paternidad, maternidad y vocacion de los esposos

Comentando el Evangelio proclamado en la celebración en el que Jesús de niño se pierde en Jerusalén, ha pedido fijarse en el sufrimiento de José y María. “Imaginaos el corazón, el sufrimiento de aquellos padres que vuelven afligidos a Jerusalén. Y la escena que nos presenta el Evangelio de San Lucas, quizá la última de los evangelios de la infancia, es preciosa. Imaginaos a José y a María cuando llegan al templo y se encuentran un corro de doctores de la ley, de gente importante, y a Jesús en medio discutiendo con ellos”.

“La sensación de alivio, pero también de la conciencia de la pérdida del niño, le hace decir a María: ‘¿no te das cuenta lo que nos has hecho sufrir?, ¿no te das cuenta de cómo estábamos tu padre y yo preocupados por ti?’. Y Jesús les va a decir algo que es fundamental para entender también el misterio de la familia: 

‘¿No sabéis que yo tenía que encargarme, que ocuparme, de las cosas de mi padre?’. Queridos hermanos, en la familia cada uno tiene su vocación. En la familia la vocación de cada uno es fundamental. La vocación de la paternidad en la familia es fundamental”, ha dicho en la iglesia de Chinchón.

“La paternidad da algo que necesitamos para nuestro crecimiento. Da autoridad, da firmeza, da seguridad. Fijaos como el niño tiene una verdadera veneración por su padre. Su padre es el modelo, su padre es el más listo y el más poderoso. El padre ejerce en la familia un papel fundamental. Y también es una vocación, la vocación de la madre, la vocación de la maternidad”.

“¿Qué decir del genio femenino?, ¿qué decir de las cualidades femeninas que nos hacen no tener un corazón de piedra, sino realmente tener un corazón sensible, un corazón de madre? La imagen de la madre es la imagen de la ternura, de la comprensión, de los brazos abiertos. Es aquella en la que podemos confiar y dormirnos llenos de confianza. Y la vocación de los esposos tiene como fruto los hijos, que también es una vocación”.

 

Potenciar el diálogo con los ancianos

El obispo de Getafe ha recordado que en la sociedad actual “lo importante es la juventud” y se desecha “a lo que ya no sirve, a los ancianos”. “Hoy la Palabra de Dios nos llama a reivindicar y a potenciar un verdadero diálogo generacional. El Papa nos habla mucho de este diálogo generacional”, ha añadido.

“Los mayores no son desecho de la sociedad. Buena parte de lo que tenemos se lo debemos a ellos. Gracias a lo que tenemos lo tenemos a ellos, a su esfuerzo, a su tensión, a su trabajo, a su cariño. En la Iglesia y también en la sociedad tendríamos que potenciar este diálogo generacional. Este diálogo entre abuelos y nietos lo hemos hecho siempre. Muchos de nosotros hemos aprendido a rezar de nuestras abuelas, del ambiente de nuestra casa”.

“Es verdad que los jóvenes son las alas para volar, pero las alas y la vida necesitan raíces y esas raíces son los mayores. Si no tenemos raíces, pobre sociedad en la que vivimos”.

Volviendo al Evangelio, ha querido subrayar que “los padres de Jesús no entendían nada”. “Hay momentos en la vida que no entendemos nada. Los padres de Jesús no entendían lo que Jesús les había dicho, pero sin embargo ellos son un ejemplo de fidelidad a lo que Dios les pide. No entienden muy bien, pero saben que aquel niño es el Salvador y se llama Jesús y que él va a salvar al pueblo y que ellos tienen la misión de hacerlo crecer”, ha explicado en la homilía.

“Por eso hay un corte en el Evangelio, y el evangelista nos dice que Jesús se sometió a ellos, se fue a Nazaret y allí creció en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. ¡Qué bonita esta imagen! Después de aquella lección que María y José habían recibido, Jesús se somete. Jesús es un buen hijo”.

 

Las familias, el mejor antídoto

Antes de continuar con la profesión de fe, García Beltrán ha manifestado que “lo que sostiene la vida del hombre y lo que sostiene nuestras familias es el amor”. “Las familias serán también el mejor antídoto contra la falta de respeto a la vida que tanto se da en nuestro mundo. El respeto y el cuidado de la vida desde el momento de la concepción hasta el momento de la muerte natural”.

“Si nosotros tenemos familias fuertes, vivas, que testimonian, el mundo ganará. Nuestros hijos ganarán. Por eso hoy tenemos especialmente presente a las familias que pasan alguna dificultad”, ha terminado no sin antes dedicar unas palabras a las familias divididas y rotas y asegurar oraciones por todas ellas. 

 

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