ordenados2016

19/04/2024. El obispo auxiliar de Getafe, D. José María Avendaño, se trasladó en la tarde del jueves 18 de abril hasta la Parroquia San Salvador (Leganés) para presidir una eucaristía en memoria de Félix Lorrio, párroco de esta comunidad durante 38 años y fallecido durante la pandemia del coronavirus.

El prelado estuvo acompañado por el actual párroco, Pedro Merino, el vicario parroquial, Fernando Segura y el párroco de Corpus Christi, Antonio Quintana.

También asistieron las religiosas Hijas de la Caridad, con quien Lorrio mantuvo siempre una estrecha relación al servicio de los pobres en Leganés; representantes de Hermandades y Cofradías y de otras realidades pastorales de la localidad.

D. José María, que conoció a Lorrio desde su etapa de seminarista, tuvo para el finado palabras de cariño y de alabanza.

"Yo soy testigo, como vosotros, de la fe de Félix. Era un hombre de Dios. Su testimonio hace que nos encontremos aquí hoy para dar gracias al Señor por todos los dones con los que enriqueció la vida de Félix" destacó.

"Félix era un testigo creíble de Dios -señaló haciendo referencia a las palabras de Benedicto XVI- y cómo diría ahora el papa Francisco, era un verdadero discípulo misionero".

Mons. Avendaño recordó también cómo el difunto párroco de San Salvador durante tantos años siempre "fue un hombre cercano a la gente. Quería a su pueblo, quería a su parroquia. Era un hombre que siempre escuchaba, para luego darte su parecer".

"Era un sacerdote resolutivo, hasta el último día de su vida, trabajando con humildad y discretamente" añadió.

"Era un hombre apasionado por anunciar a Jesucristo. Gracias Señor por este sacerdote y por todos los años que ejerció su ministerio y acompañó a cada una de las personas que llegaban a su parroquia, siempre abierta. Para él no sobraban los pobres ni las personas con problemas, para quienes buscaba soluciones. Félix tocaba, en el hermano que sufría, las llagas de Cristo y anunciaba el Evangelio" subrayó el auxiliar.

También quiso D. José María agradecer el reconocimiento de la ciudad de Leganés a este sacerdote al que nombró Hijo predilecto y le entregó una medalla, por su labor y servicio a este pueblo al que pastoreó durante casi cuatro décadas.

"Félix llevaba el Evangelio en su corazón, en su boca, y en sus obras, desprendía olor a Dios" insistió.

Mons. Avendaño concluyó pidiendo la intercesión de la Virgen de Butarque, patrona de Leganés y a quien Félix amaba profundamente "para que interceda por él y le presente a la Trinidad santa".