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17/07/2024. El vicario general y moderador de Curia, Javier Mairata, se trasladó en la tarde del martes 16 de julio -fiesta de la Virgen del Carmen- hasta el municipio de Moraleja de Enmedio para presidir la celebración del 88º aniversario del prodigio Eucarístico en la Parroquia San Millán.

Mairata estuvo acompañado por el párroco, Rafael de Tomás, y a la celebración asistió también la alcaldesa, Arantxa Alonso, miembros de la corporación municipal y gran número de fieles.

En su homilía, el vicario general quiso destacar la importancia del acontecimiento que estaban celebrando los moralejeños: “lo que estamos celebrando hoy aquí es el triunfo del amor, que ha triunfado sobre el miedo, el odio y la violencia”.

“Celebramos el amor de unos vecinos de Moraleja que se jugaron la vida para proteger al Señor en la Eucaristía, y la victoria del amor del Señor que les protegió de la guerra -ya que no murió ninguno- y que siempre ha estado presente desde hace 88 años en Moraleja” subrayó Javier Mairata.

Después de la Eucaristía tuvo lugar un tiempo de adoración de las sagradas formas, que habían estado expuestas en el altar para su veneración durante toda la jornada.

A lo largo de los días en los que se ha celebrado la novena y especialmente el día de la fiesta del prodigio, la Parroquia San Millán se ha convertido en un lugar de peregrinación al que han acudido personas de la Diócesis y de fuera de ella.

Explica el párroco, Rafael de Tomás, que, no solo en estas fechas, sino a lo largo de todo el año, “son muchos los fieles que se acercan a rezar a la Parroquia de San Millán ante el prodigio Eucarístico” y que, en estos años, “también se ha visto cómo el Señor ha concedido gracias y milagros importantes y cómo se consolidaba la fe de la gente del pueblo gracias al prodigio. Ha crecido el amor a Cristo Eucaristía”.

Hasta hoy se han consumido ocho formas de las 24 que había originalmente. Dos de ellas por los anteriores obispos de la Diócesis de Getafe, D. Francisco José Pérez y Fernández Golfín y D. Joaquín María López de Andújar (actual obispo emérito), que atestiguaron que su forma, su tamaño, su textura y su sabor no habían sufrido ningún daño.