09/03/2025. Mons. Ginés García Beltrán ha presidido en la mañana del domingo 9 de marzo la celebración de clausura de la visita pastoral a la Parroquia San Martín de Porres, la octava del arciprestazgo de Móstoles.
El obispo ha estado acompañado por el párroco, Daniel Fabre, y dos religiosos dominicos, orden que se encargó de la parroquia desde sus inicios y a los que García Beltrán ha agradecido la labor desempeñada en el cuidado de las almas de la localidad.
Mons. García Beltrán ha agradecido también la acogida de la comunidad parroquial a la que ha pedido seguir siendo “un hogar, una casa, donde todos encuentren siempre las puertas abiertas”.
En su homilía, el obispo también ha querido instar a la asamblea a vivir la Cuaresma como un tiempo de “conversión, purificación y encuentro con el Señor, con la mirada puesta en la Resurrección y en la noche pascual”.
En el comentario de las lecturas, y en concreto al Evangelio del día en el que San Lucas relataba las tentaciones de Cristo en el desierto, García Beltrán ha invitado a los fieles a vivirlas en Dios “para que se conviertan en un momento de crecimiento, de fidelidad y confianza en el Señor”.
El obispo ha explicado las tres tentaciones: “la primera, pensar que con lo material lo tenemos todo, cuando en realidad nos falta lo esencial, que es Cristo; la segunda, la del poder y la gloria, la tentación de estar por encima de los demás, y la tercera, la más engañosa, querer poner a Dios a mi servicio”.
La parroquia, fuente y hogar
En su intervención, García Beltrán también se ha referido al final de la visita pastoral que han llevado a cabo el obispo diocesano y el auxiliar “conociendo tanto las realidades parroquiales como las cercanas a la parroquia”.
“Gracias por vosotros, por cada uno de vosotros, por esta parroquia que cada día abre sus puertas para atender pastoralmente a todo el que se acerca”, les ha dicho.
Después, ha recordado las palabras de San Juan XXIII en las que decía “que la parroquia sea como la fuente de la aldea donde todo el mundo va a beber y hay agua para todos”, y tomando el ejemplo ha pedido a los fieles “que esta parroquia sea como esa fuente del barrio donde todos encuentren un hogar, una puerta abierta; donde los niños puedan conocer la fe, y los jóvenes puedan seguir creciendo”.
“Una parroquia con las puertas abiertas para acoger a todos los que necesitan ser escuchados, y cuidados, para los más pobres y necesitados, esa gente de la aldea que necesita beber del agua viva”, les ha insistido.
También ha querido el obispo recordar a San Juan Pablo II cuando decía que “la parroquia es la Iglesia que está en las casas de sus hijos y sus hijas”, invitando a las familias a cuidar la transmisión de la fe en el seno de sus hogares “la primera Iglesia es la familia”.
“La parroquia somos todos –ha remarcado– y tenemos que crear parroquia entre todos. Con nuestro testimonio tenemos que hacer que la gente que tiene hambre y sed de Dios se acerquen a la parroquia”, les ha dicho.
Antes de la bendición final, el párroco, Daniel Fabre, también ha querido dirigir unas palabras a la asamblea, agradeciendo la presencia del obispo, y recordando que el próximo domingo se celebra el Día del Seminario, “hay que rezar por los 38 seminaristas que tenemos”.
La celebración ha terminado con la entrega de un presente al obispo de parte de toda la parroquia, una imagen del buen pastor, que García Beltrán ha agradecido y que, como señaló el párroco “es un recuerdo y una forma de agradecer la semana vivida junto al obispo y el auxiliar”.
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