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15/03/2025. La diócesis de Getafe fue erigida en el año 1991, a partir del desmembramiento de la archidiócesis de Madrid-Alcalá, lo que dio lugar a las tres diócesis que conocemos en la actualidad.

La nueva diócesis de Getafe fue encomendada al obispo Mons. Francisco José Pérez y Fernández-Golfín que decidió impulsar la creación de un nuevo Seminario, donde se formaran los futuros sacerdotes.

El Seminario Mayor Nuestra Señora de los Apóstoles comenzó su andadura en el año 1992, justo un año después de que fuera erigida la diócesis de Getafe, con una quincena de seminaristas, en un antiguo colegio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, en Cubas de la Sagra.

El nuevo rector, encargado del cuidado de las vocaciones que comenzaron a forjarse, sería el sacerdote Rafael Zornoza, cargo que ocupó durante 16 años.

Desde sus inicios en 1992 hasta ahora, el Señor no ha dejado de bendecir con nuevas vocaciones a la diócesis de Getafe. Un total de 140 sacerdotes se formaron en instalaciones.

En octubre de 1994, el Seminario Mayor Nuestra Señora de los Apóstoles abrió oficialmente sus puertas en su actual ubicación en el Cerro de los Ángeles, un paso clave para la formación de nuevos sacerdotes. Este 2025, se celebran los 31 años de existencia de este centro de formación, un periodo marcado por el crecimiento, la dedicación y la vocación.

Manuel Vargas, actual vicario episcopal para el Cerro de los Ángeles, fue uno de los jóvenes que inauguró el Seminario en 1994. "Éramos 24 jóvenes, distribuidos en cuatro cursos, los que en septiembre de 1994 inauguramos el edificio del Seminario del Cerro de los Ángeles, los veteranos venían de la comunidad de Cubas de la Sagra, donde habían iniciado su formación en un ambiente de gran austeridad", recuerda Vargas.

En el traslado al Cerro, el edificio aún estaba en construcción, las obras aún no habían concluido y se prolongaron durante más de un curso en la planta inferior", añade.

A pesar de las dificultades iniciales, aquellos jóvenes vivieron años llenos de entusiasmo y esperanza. "Lo que guardo de aquellos años es un recuerdo luminoso, lleno de gratitud. Fueron tiempos de entusiasmo, de alegría fresca y espontánea, de una ilusión profunda por la santidad y por entregarnos a Jesucristo en una diócesis joven, llena de desafíos y esperanza", señala Vargas.

El Seminario, en ese entonces recién inaugurado, también destacó por su cercanía con la figura del primer obispo de la diócesis. "Sentíamos muy cercano a Mons. Francisco José, nuestro primer obispo; admirábamos a nuestros formadores; nos ilusionaba la nueva etapa que se abría en las aulas de San Dámaso", explica el vicario episcopal.

A lo largo de los años, muchos de aquellos 24 jóvenes han llegado a ser sacerdotes, y otros, tras un proceso de discernimiento, han seguido otros caminos, “y alguno de nuestros compañeros ya ha llegado al cielo".

Hoy, tras tres décadas, el Seminario del Cerro de los Ángeles sigue siendo un símbolo de la formación sacerdotal y de la fraternidad entre los seminaristas. "Mantengo viva la huella imborrable de aquellos años felices, vividos bajo la sombra del monumento al Sagrado Corazón de Jesús del Cerro, donde el Señor fue forjando en nosotros un corazón sacerdotal, semejante al Suyo", concluye Manuel Vargas, evocando la esencia de aquellos tiempos y el legado que sigue presente en la vida del Seminario.

Se puede ver una galería de fotos del actual Seminario AQUÍ

 

 

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