• El obispo D. Ginés y su auxiliar D. José visitarán el Convento de las Clarisas de Valdemoro y el de las Agustinas Recoletas de Colmenar de Oreja para celebrar este día
• Es una jornada en la que la Iglesia reza por las vocaciones a la vida consagrada y da las gracias por su labor silenciosa
Getafe 22 de mayo de 2024. La Iglesia celebra el domingo 26 de mayo, solemnidad de la Santísima Trinidad, la Jornada Pro Orantibus. Este año, la jornada lleva por lema,' Contemplando tu rostro, aprendemos a decir: ‘¡Hágase tu voluntad!’.
Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada recuerdan que, un año más, la celebración litúrgica de la solemnidad de la Santísima Trinidad “nos ofrece la ocasión de recordar con gratitud en nuestra oración a aquellos que se han consagrado enteramente a vivir a la luz del misterio eterno. Ellos y ellas son 'los que rezan'”. Y son los que rezan, explican, porque han hecho de la actitud orante —que es inherente a la fe, pero se modula de distintos modos según los carismas— regla y medida de todas las cosas.
Con este motivo el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, presidirá el domingo 26 de mayo, a las 9.00 horas, una Eucaristía en el Convento de las Clarisas de Valdemoro.
El obispo auxiliar, D. José María Avendaño, celebrará este día con las religiosas Agustinas Recoletas de Colmenar de Oreja y el vicario episcopal para la Vida Consagrada presidirá la misa en las Carmelitas Descalzas de Boadilla del Monte.
En la Diócesis de Getafe existen 11 institutos religiosos de vida contemplativa: Concepcionistas Franciscanas en Aranjuez; Carmelitas Descalzas en Boadilla del Monte y Getafe -Cerró de los Ángeles y La Aldehuela-; Clarisas Franciscanas en Chinchón, Cubas de la Sagra y Valdemoro; Agustinas Recoletas en Colmenar de Oreja, Capuchinas de Santa Clara en Pinto, e Hijas de María Nuestra Señora en Valdemoro, un remanso de paz en medio del bullicio del mundo, dedicadas a la vivencia del Evangelio, en la oración y en la contemplación.
Ejemplo de esta vida callada de oración y trabajo son las ocho hermanas que viven en el convento de las Carmelitas de Boadilla del Monte que se fundó en el año 1670, y que ha cumplido más de 350 años de existencia.
Las religiosas, que tienen entre 47 y 72 años, son de origen español, excepto la más joven, la última en entrar, que es polaca.
Las hermanas comienzan su jornada a las 6.30 horas con la oración. Además de las tareas domésticas (cocina, limpieza, etc), que tienen bien distribuidas, también ocupan su tiempo en hacer escapularios, cuadros, cajas pirograbadas, detentes, mermeladas y membrillos. Todo se realiza en silencio y oración. En los tiempos de recreación, tras la comida y la cena, las hermanas comparten entre sí sus vivencias, pensamientos y experiencias.
Cuando termina el día, sobre las 23.30 horas, las hermanas se sitúan en la puerta de su celda para recibir la bendición de la priora, mientras otra hermana lee un pensamiento espiritual que las acompañará durante la noche.
La priora, Mª del Carmen de San José, destaca por la alegría que irradia. Confiesa que al principio, cuando hace 37 años entró en el Convento, no sabía si su estancia “se le iba a hacer cuesta arriba”, pero ha visto que la vida allí "es como una convivencia perpetua con el Señor".
"No estamos solas. Estamos con Dios y con las otras hermanas, y nos apoyamos para seguir adelante todas juntas" añade.
"Estoy muy feliz y contenta de poder estar con el Señor, con Él hay comprensión total" explica esta religiosa.
El domingo 26, en esta Jornada Pro Orantibus, los fieles podrán dar gracias a Dios y rezar por el don de la vida de los monjes y monjas, que se consagran enteramente a Dios y al servicio de la sociedad en los monasterios y claustros. Es un día también para que todo el Pueblo de Dios ore al Señor por esta vocación tan especial y necesaria, despertando el interés por las vocaciones a la vida consagrada contemplativa.
Destaca el vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Diócesis de Getafe, Ramón García Saavedra, que es una jornada para agradecer "la entrega y de tantos hermanos y hermanas nuestros que desde el silencio del claustro se ofrecen por la salvación de los hombres y la santificación especialmente de los sacerdotes".
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