El vicario general José María Avendaño presidió el pasado miércoles 28 de abril una eucaristía por las víctimas de accidentes laborales en la Parroquia San Isidro (Leganés).
Estuvo acompañado en el altar por el consiliario de Pastoral Obrera, Víctor Menéndez; el delegado de Migraciones, Fernando Redondo y por el clero parroquial.
También se sumaron al encuentro el delegado de Pastoral Obrera, Rubén Mateos, la presidenta diocesana de HOAC, Gema Martín y varios miembros de estas áreas pastorales que rezaron unidos por la necesidad de justicia en el mundo laboral y por el cese de la precariedad.
La eucaristía comenzó con unas palabras del consiliario reclamando mayor solidaridad y “que esta misa sea el primer paso de la salida de nuestra Iglesia para acoger a los hermanos que han quedado en los márgenes del camino”.
José María Avendaño, en su homilía también hizo una llamada al compromiso con los hermanos que sufren, “con los que se han quedado sin trabajo o están en ERTE o en situación de precariedad laboral”.
“El mundo laboral está siendo muy zarandeado en esta época de pandemia, llevando a familias enteras a situaciones extremas” señaló el vicario general y añadió “en medio de todo este dolor siempre está Cristo que es la luz que nos hace ver la verdad”.
“Ante Ti ponemos el dolor de estas familias que han visto que alguno de sus miembros han muerto a consecuencia de un accidente laboral” rezó José María y, continuó, “pero sabemos también que Cristo, resucitando, ha vencido a la muerte y nosotros también vencemos con Él”.
El vicario no quiso finalizar su homilía sin llevar una palabra de consuelo y esperanza a todos los que le estaban escuchando “en la parroquia y a través de youtube” y pidió para todos “un trabajo digno, con condiciones laborales justas”.
El encuentro terminó con la lectura del manifiesto “ante el Primero de Mayo 2021: ¡Ahora más que nunca: Trabajo Decente!” en el que, entre otras cosas, se pidió “una política que promueva la fraternidad y permita la amistad social al servicio del bien común”.
